El mundo visto por un gato

por Tata | 24 de febrero de 2020
Los gatos son un animal modesto: ni el más grande, ni el más rápido, ni siquiera el “mejor amigo del hombre”, al menos para algunos. Pero, desde luego, no es una especie carente de encantos: excelente animal de compañía, resuelto cazador, risueño cuando quiere, independiente, gracioso, elegante y astuto. Cualidades todas con las que ha logrado hacerse un hueco en muchas familias, siendo aceptado como un miembro más, y le han convertido en protagonista de diversos cómics de reciente y no tan reciente publicación. Algunos, formando parte de una saga anterior; otros, que ven la luz por primera vez. Como siempre, los hay para todos los gustos y todas las edades y son una buena excusa para conocer algo más sobre esta característica especie, sus relaciones con los humanos y su historia, que es sorprendente. Ya era un animal muy valorado en el Antiguo Egipto. Considerado encarnación de la diosa Bastet y asociado a la protección, era un animal muy popular, al que se profesaba gran respeto y cariño, como demuestran los millares de momias de felinos encontradas en las excavaciones. También en Japón sienten una fascinación particular por todo lo que tiene que ver con los gatos que, además, se remonta a hace más de mil años.


Los gatos aparecen representados en una importante cantidad de obras históricas niponas y en la actualidad lo vemos por todas partes en el Maneki-neko, el gato de la suerte, en posición de llamada, moviendo la pata. Además, no deja de aumentar el número de japoneses que eligen un gato como mascota, porque se adapta mejor que otras especies a la forma de vida moderna, en viviendas pequeñas, con escaso tiempo para paseos y con familias reducidas. Quizá esta devoción explique que varios de nuestros cómics tengan un autor japonés y que las aventuras gatunas tengan tanto éxito en el mercado nipón.

Los gatos japoneses
Plum es la protagonista de una larga serie de historias, cortas y sencillas, tratadas con un humor simpático, en la que la autora, Natsumi Hoshino, vuelca sus experiencias y conocimientos sobre las mascotas, basadas en sus propios gatos. El cómic cuenta el día a día de Plum, una adorable gatita que vive tranquilamente en casa de sus amos, una madre y su hijo adolescente. Hasta que se decide a recoger a una gatita abandonada, que pondrá fin a su apacible vida.
En Plum. Historias Gatunas, la sencillez de los relatos, contados desde el punto de vista de las gatas, sobre su amistad o sobre el papel de una mascota en una familia, lo convierte en un cómic ideal para los más pequeños, al que se suma cierta función didáctica. No solo podemos aprender sobre estos animales, sino también sobre Japón, ya que su cultura, festividades y tradiciones aparecen explicadas a lo largo de sus páginas, y también de temas de actualidad, como el cambio climático y el ahorro de energía.

Pero si lo que buscamos es un cómic divertido basado en el mundo de los felinos, es mejor decantarse por el El diario gatuno de Junji Ito. El autor se adentra, de la mano de sus gatos, en el género del humor, a veces tan cercano a sus habituales “relatos terroríficos”.

Parodia, con mucha gracia, su propia vida y la de sus mascotas y hasta qué punto le condicionan con sus rutinas, a veces molestas, a veces encantadoras. A través del uso de las sombras, en pasillos oscuros, y expresiones exageradas y, sobre todo, el uso del espacio entre las viñetas, cuenta la historia con gran facilidad. El propio autor es el personaje protagonista que, sin saberlo, está amenazado por la convivencia con su mujer y Yon y Mu, en su nueva casa. Los acontecimientos son banales pero muy divertidos por cómo los presenta el autor, dueño resignado, que no puede hacer otra cosa que acabar queriendo a sus nuevos compañeros de piso.


Konami Kanata
Los cómics japoneses con un gato como protagonista tienen un nombre propio: Konami Kanata, una mangaka japonesa autora de La gatita chiquitita, La abuela y su gato gordo y El diario de Chi. Sus obras tienen una temática, estructura y características parecidas, que se han convertido en sello de identidad de su autora.


Inspirada en los gatos con los que ha convivido, la autora narra, en capítulos cortos, escenas costumbristas, historias sencillas sobre la rutina de los gatos, explorando su mundo, descubriendo su casa y su barrio y la relación con sus dueños. Es una lectura nada exigente, sin pretensiones ni complicaciones, que a través de un dibujo sencillo pero muy expresivo, dulce y tierno, compone unas páginas agradables, ideales para iniciarse en el mundo del manga.

El dulce hogar de Chi cuenta las aventuras de una gatita blanca y gris que se separa de su madre y sus hermanos al distraerse con un pájaro y acaba perdida en un parque de la ciudad. Allí se encontrará con la familia Yamada, que se verá en la encrucijada de buscar a alguien que se quede con Chi, ya que en su piso no pueden tener animales, o adoptarla. La historia también es un relato de un aprendizaje doble: el de Chi y el de los Yamada. Chi es un cachorro que está descubriendo el mundo, para el cual cualquier cosa constituye un gran hallazgo y, por su lado, los Yamada aprenden a cuidar y educar a su mascota, teniendo en cuenta además que nadie puede saber que la tienen. Ambos procesos no resultarán nada fáciles para sus protagonistas.


También encontramos a Chi en La abuela y su gato gordo. Exitosa serie que cuenta las peripecias diarias de un entrañable felino, Gordi, y su dueña, propietaria de un negocio familiar y necesitada de compañía. Forman un divertido dúo condenado a entenderse, para evitar la soledad. A través de capítulos cortos asistimos a la evolución de esa convivencia, conocimiento, cariño y compañerismo que se establece entre ambas.

Gordi es también la protagonista de La gatita chiquitita, dedicada la niñez de esta gata gorda que vive con la abuela. Con un dibujo sencillo pero muy expresivo conoceremos la vida de Gordi, a partir de un flasback.

En los tres casos se trata de historias que resultarán especialmente atractivas para los propietarios de gatos, que se sentirán muy identificados con las desventuras de los felinos y de sus entregados dueños.

Los gatos y el género negro
El protagonista de Blacksad está en las antípodas felinas del gato gordo de la abuela. El detective John Blacksad, inspirado, según reconocen sus autores, en Marlon Brando, es un gato sexy, elegante, inteligente… aunque sin superpoderes. Con excepción de los que tienen todos los gatos, es decir, “garras, un oído muy fino y reflejos de gato”, que le han convertido en un icono en Estados Unidos y un éxito de ventas en Francia.
Decidir los atributos animales que tendrán los personajes es uno de los temas que hay que solventar cuando se apuesta por animales antropomorfos, como han hecho los autores de esta serie, J uan Díaz Canales como guionista y Juanjo Guarnido como dibujante. Ambos españoles y provenientes del mundo de la animación, decidieron prescindir de superpoderes y apostar por características propiamente gatunas.


La serie se desarrolla en la década de los 50 en Estados Unidos, en plena guerra fría, y sigue los patrones del clásico género negro, inagotable y que le ha abierto las puertas del mercado americano. El cómic ha cosechado una notable lista de premios y nominaciones, por la combinación de guión y dibujo pero, sobretodo, por la brillante ejecución gráfica: los escenarios, la ropa, los planos y el acabado gráfico final están muy cuidados. Habrá que ver si este peculiar detective gatuno salta a la gran pantalla. Parece que atractivo y admiradores no le faltan.

El gato más famoso: Garfield
Entre los gatos que pueblan los cómics, sin duda el más famoso y veterano es Garfield. De hecho, este año ha cumplido los 40. Garfield ha pasado por tiras cómicas en los periódicos, los dibujos animados, una serie para televisión y varias adaptaciones al cine, en 2004 y 2006. A lo largo de estos años lo hemos visto evolucionar. Su físico se ha vuelto más estilizado. Sigue siendo gordo, pero
menos, con los ojos más grandes y más sonriente. Y también se ha vuelto más humano. Comer y dormir son sus dos pasiones, además de ver la televisión y la lasaña. En cambio, odia las espinacas, los ratones, las arañas y los lunes. Rasgos todos muy humanos. Al punto que Garfield se convierte en el dueño de la casa, donde convive con el fiel perro Odie, auténtica mascota, y a Jon, el dueño, con sus sempiternos problemas con las mujeres.


Pero después de 40 años, seguro que todavía hay cosas que desconocemos del personaje creado por Jim Davis, como que toma su nombre del presidente estadounidense. Por eso, esta edición es una buena oportunidad para divertirse con la ironía y las ocurrencias del gato anaranjado, gordo y perezoso más entretenido.
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