El olor de los muchachos voraces

El olor de los muchachos voraces
Mayo de 2016
Distribuye Astiberri Ediciones
Cartoné | 112 páginas
10
1
Regístrate y haz login para votar
-
Tu voto
Lo quiero

Escribe tu crítica
Valoraciones de tus amigos
Inicia sesión o regístrate para añadir a tus amigos y poder ver sus valoraciones
Argumento
Texas, 1872. Recién acabada la guerra de Secesión, el Gobierno americano reanuda las campañas de exploración de los territorios situados al oeste del Misisipi. El geólogo Stingley piensa aprovechar para atribuirse un inmenso terreno donde planea crear una nueva sociedad, aunque eso conlleve expulsar a los comanches que pueblan esta región desde hace siglos. Acompañado por el fotógrafo Oscar Forrest y por el joven Milton, que están allí más bien por huir de su pasado, ese cínico iluminado recorre las grandes llanuras de Texas en busca del sitio idóneo para edificar su sueño de civilización. Entre sus dos compañeros de viaje se irá estableciendo poco a poco una relación ambigua, en un entorno grandioso que nutre su apetito de libertad. Pero extrañas sombras merodean el campamento, y la todopoderosa naturaleza se dispone a desvelar turbios secretos.

Loo Hui Phang y Frederik Peeters se adentran en el género del western para distorsionarlo y pervertirlo con tintes fantásticos. “Vi muchos westerns de pequeña –apunta la guionista–, pero no soy una erudita del tema. Me quedo con escenas muy fuertes, una dimensión mitológica que cimenta las bases de una cultura; su aspecto épico me toca de cerca, porque se parece a las películas de samuráis que también veía de niña (...). Me gusta trabajar desde un género para distorsionar sus códigos. El western suele ser una historia de hombres en un entorno hostil. Me interesa coger esos elementos para hacer algo nuevo, usarlos para contar cosas íntimas”.

Por su parte, Peeters afirma que una de sus primeras obras, Las migajas (Astiberri, 2015), con guión de Ibn Al Rabin, “era un western ciertamente atípico, alpino, con una fanfarria de asesinos y encantadores de serpientes, pero los cánones del género estaban allí (...). La dimensión fantástico-chamánica del guión de Loo Hui Phang produjo en mí imágenes muy fuertes desde la primera lectura. Es lo que suele pasarme cuando me atrapa un guión. Las imágenes llegan enseguida y muchas de ellas se quedan grabadas, intactas, hasta la realización del cómic”.
Premios
¿Falta información o algún dato es incorrecto? Si es así, ¡haz click aquí y avísanos!
El copyright de las imágenes de cada cómic o serie pertenecen a las correspondientes productoras y/o distribuidoras.