‘God Country’ de Donny Cates y Geoff Shaw

En los últimos años y casi como surgido de la nada ha llegado a “La Casa De Las Ideas” un autor que parece que convierte en oro todo lo que toca, y no es otro que Donny Cates, que a pesar de su corta carrera ya nos ha ofrecido series que han dado mucho que hablar,  ‘Veneno’, ‘Estela Plateada: Negro’, ‘Guardianes de la Galaxia’ o ‘Thanos’, son sólo algunos de los grandes trabajos del autor y en los dos últimos mencionados ha estado acompañado de uno de sus mejores aliados, el dibujante Geoff Shaw, con el que crearía al popular ‘Motorista Fantasma Cósmico’.

Pero antes de que ambos se afianzasen en Marvel tuvieron que probar en las editoriales independientes, y este God Country que publicaron en 2017 en Image es un claro ejemplo de por qué han alcanzado tanta popularidad en tan poco tiempo.

God Country nos cuenta la historia de Emmett Quinlan, un anciano viudo que se está convirtiendo en un problema para el vecindario debido a las continuas fugas y su carácter violento provocados por el avanzado Alzheimer que padece.

El hijo de Emmett, Roy, tendrá que viajar hasta el que fuera el hogar de su infancia, cargado con sus propias obligaciones familiares, para tratar de cuidar de su padre. Sin embargo una mágica tormenta cambiará por completo la vida de la familia Quinlan cuando arrastre hasta ellos una misteriosa espada, llamada Valofax.

Empuñando a Valofax, Emmett será capaz de recuperar la memoria, su carácter afable y una envidiable forma física, que suponen una nueva oportunidad para disfrutar de su familia. Sin embargo hay alguien más que ansía la espada, por propósitos muy diferentes y que viajará hasta nuestro planeta con el fin de arrebatarsela a la familia Quinlan, sin importar el precio que deba pagar por ella.

Cómo puedes estar imaginando, God Country es una historia repleta de acción, heroísmo y coraje, sin embargo esta es sólo la punta del iceberg, ya que Cates va mucho más allá, y es que en esta obra lo realmente difícil no será enfrentarse a los seres superpoderosos y bestias que se cruzan en el camino, la auténtica dificultad reside en saber perdonar, tomar decisiones e identificar el momento y la forma en la que sacrificarte por tus seres queridos, dando lugar a una obra muy bien balanceada entre lo cotidiano y lo extraordinario.

Por otra parte, Cates en ningún momento esconde cuales son sus referentes, de hecho se aprovecha de ellas para dar mayor relieve a la historia, en este caso el autor crea una mitología que bebe directamente del Thor de Simonson y los Nuevos Mutantes de Kirby, que lejos de resultar referencias forzadas encajan a la perfección con el universo en el que se desarrolla la obra y las premisas planteadas inicialmente. Aunque también sirven como easter egg para los más observadores, a ver si eres capaz de encontrar a Darkseid…

Una obra como God Country necesita a un dibujante que destaque por su polivalencia y Geoff Shaw demuestra estar totalmente a la altura. A través de un estilo oscuro y realista, Shaw consigue ofrecernos escenas de combate dignas del mejor cómic de superhéroes, junto con unos personajes repletos de expresividad y capaces de despertar la ternura del lector con tan solo una mirada. Y todo esto sin ser uno de los mejores trabajos del dibujante, tan solo hay que ojear su paso por la etapa actual de los ‘Guardianes de la Galaxia’ para encontrarnos con un dibujo más estilizado, detallado y limpio.

Shaw demuestra un gusto especial por las escenas de acción y esto se ve reflejado en la espectacularidad de sus splash pages de ahí que tengamos que agradecer a Panini Cómics la decisión de traernos a España esta obra en un formato ligeramente superior al de la edición original y en tapa dura, a través del sello Evolution, que resulta ideal para todo aquel que disfrute de detenerse en el apartado artístico.

Ya solo nos queda hablar del color, en este apartado tenemos a Jason Wordie, un artista al que hemos visto muy poco en España, ya que ha trabajado principalmente para editoriales como Dark Horse o Boom! Studios en obras que no han llegado a nuestro país y es una pena, ya que su trabajo en God Country es bastante notable, optando por una paleta variada aunque de tonos apagados para dar un aura mágico a un pequeño pueblo del este de Texas, en el que sucede el grueso de la historia.

God Country resulta una historia sencilla, pero llena de matices que la hacen especial, y que en muy poquitas páginas es capaz de transmitir un mensaje muy intenso de la forma más épica y divertida posible, ideal tanto para lectores noveles como para aquel que busque una historia corta y con un aire fresco.