Reseña de Astérix #37. Astérix en Italia

por Tata | 15 de enero de 2018
Después de Astérix y los pictos y El papiro del César, los personajes creados por Albert Uderzo y René Goscinny regresan con Astérix en Italia, una historia trepidante, ingeniosa, divertida y con infinitos guiños históricos, que revelan un verdadero conocimiento del mundo antiguo y, desde luego, un gran sentido del humor.

Famosos por sus numerosos viajes por el Mundo Conocido, Astérix y Obélix participan en la Gran Carrera Transitálica, que les llevará a recorrer la península de norte a sur, hasta los pies del Vesubio. A su paso, asistimos a la construcción de una primitiva Venecia sobre pilotes de madera donde, sin embargo, ya trabajan gondoleros con camisetas de rayas, a las carreras del Palio de Sena Julia, una Siena donde el casco antiguo ya está reservado a residentes o a una idílica Toscana donde se cultiva el afamado vino chianti y asoman a las ventanas mujeres de sonrisas misteriosas retratadas siglos después.

La carrera reúne a un verdadero mosaico de pueblos frente a los que se alza el Imperio romano: lusitanos, normandos, cimbros, sármatas, cusitas… y, por supuesto, a los irreductibles galos, que lucharán contra el romano Coronavirus por el premio, una copa o su equivalente en sestercios y numerosos esclavos de consolación. Y sigue un guión apto para el disfrute tanto de niños, con acción y aventuras, como de adultos, que pueden recrearse en los temas de actualidad: la corrupción de los cargos públicos, carreras amañadas, sobornos…

En este tomo, Jean-Yves Ferri y Didier Conrad toman el relevo para dar vida a este pueblo de rebeldes. Jean-Yves Ferri comenzó ilustrando revistas infantiles, hasta publicar Les fables autonomes (Fluide Glacial), ambientada en el Oeste y, más tarde, narrará las aventuras de la policía rural de Tarn en Aimé Lacapelle. Su último libro en solitario es De Gaulle a la plage en el que el general confunde su silueta con el Monsieur Hulot de Jacques Tati. Por su lado, Didier Conrad Debutó en el mundo del cómic en 1973 con Carte blanche. En 1996 comenzó a colaborar con Dreamworks en El dorado. Una de sus series es la de Kid Lucky en la que cuenta la infancia del Lucky Luke de Morris. Pero logran conservar su esencia y seguir divirtiendo con sus aventuras a jóvenes y mayores.

Reseña realizada por Tata
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