«Los sentimientos de Miyoko en Asagaya» making of

por Gabriel Regueiro Poza | 3 de noviembre de 2020
Soy Gabriel Regueiro y soy rotulista profesional. He rotulado cómics para editoriales como Nuevo Nueve, Liana, Gallo Nero, Dolmen, entre otras; tanto cómic europeo, como americano y manga. Hace algún tiempo descubrí Enjoy Comics y me interesé por ella, hablando con frecuencia con sus responsables y ayudando a añadir novedades de algunas editoriales para las que trabajo. Recientemente Sala de Peligro me invitó a escribir un artículo reinvindicando la figura de los y las rotulistas, en él daba alguna pincelada a lo que hacemos y Enjoy Comics quería saber más, así que me invitaron a escribir algo sobre ese olvidado gremio, por ello os vengo a hablar del making of de una de las obras más complicadas con las que me he encontrado.

Ahora hará un año que empecé a trabajar en la maquetación y rotulación de Los sentimientos de Miyoko en Asagaya (Gallo Nero, 2020) de Shin'ichi Abe y, aunque seguramente se me olvide algo, voy a explicar cómo fue todo el proceso. Normalmente me referiría solo a la rotulación aunque prácticamente siempre haya que maquetar el cómic antes, pero este es un caso especial y la maquetación fue uno de los pilares clave del proceso. Aunque hay mucha chicha antes de llegar a eso, empecemos por el principio.

De este manga solo hice la tripa (el interior), de la cubierta se encargaron, maravillosamente, Antoni Joan Mascaró y Sergi Puyol. Espero que tuviesen más suerte que yo con los archivos.

Los japoneses no se preocupan mucho de los archivos que envían, ni en cuanto a la calidad ni al orden, es más, ni en cuanto a enviarlos. De primeras su intención era que la propia editorial Gallo Nero se encargase de escanear el manga publicado en Japón, para poder reproducirlo en España. Puede parecer algo sencillo, escanear y cambiar los textos; pero no, ni mucho menos, de haberlo hecho así hubiese sido un gasto considerable encargar un escaneado profesional, más toda la edición de las páginas que hubiese tenido que haber hecho (spoiler: la tuve que hacer igualmente). Al final fueron ellos quienes lo hicieron y, visto lo visto, sin muchas ganas. El resultado fue un mejunge de carpetas con nombres en japonés, sin ningún tipo de orden y con todas y cada una de las páginas por editar. Algunas con fallos en el momento de escanear, en las que de repente la imagen se corta y se desplaza hacia un lado, como en la viñeta del ejemplo, en la que en la izquierda podéis ver el archivo original y a la derecha cómo lo dejé. He coloreado de azul la imagen dejando en blanco la zona en cuestión.

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En general las páginas venían como en el ejemplo de abajo, con dos de los márgenes en negro, con anotaciones, con los textos en los bocadillos, con la paginación (en algunas páginas con dos paginaciones distintas, algo que sigo sin comprender) y con suciedad. En algunas ocasiones alguna macha en los márgenes pero, en este caso, con manchas de cinta adhesiva sobre el dibujo. Debajo de la página completa podéis ver en detalle la mancha y el resultado final, en el que tuve que reconstruir la trama. Por suerte, manchas como esta había pocas, pero todo lo demás se repetía en cada una de las páginas.

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Mientras me entretenía limpiando las páginas, me llegó la traducción en digital y el mapa de traducción impreso por mensajero. Nunca antes había usado un mapa de traducción, que es básicamente el cómic japonés impreso, en orden y con anotaciones para seguir correctamente la traducción, pero en esta ocasión me hizo falta, para qué negarlo, si no fuera por él me hubiese vuelto loco porque, como he dicho antes, los archivos llegaron sin orden y en japonés.

También, mientras avanzaba con la edición de los archivos, comencé la investigación de cómo maquetar un manga de la forma más eficiente posible. Los mangas, si se editan en el sentido de lectura oriental, no se pueden maquetar como un cómic o libro con el sentido de lectura que tenemos aquí, el occidental, en el que la primera página queda a la derecha (ejemplo 1). Pregunté a un par de rotulistas que cómo hacían los mangas, uno de ellos nunca había hecho ninguno y no sabía cuál era la mejor manera de afrontar su maquetación, y el otro que sí trabaja con manga corroboró mis sospechas, que había que empezar por abajo e ir maquetando hacia arriba (ejemplo 2), lo cual, a parte de romperte el cerebro, significaba que la paginación había que escribirla a mano, página a página (habitualmente se pone usando las Páginas maestras, que solo se pone una vez y el resto es automático). Hacer eso me parecía una tortura, así que me puse a investigar posibles soluciones y, al final, acabé en un foro americano sobre maquetación de textos hebreos y vi que alguien compartió el código para hacer un Script que cambiase el sentido de la encuadernación en InDesign. Así que cogí el código, creé el Script y voilà, ahora podía maquetar empezando con la primera página a la izquierda (ejemplo 3).

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El uso de ese Script me facilitó enormemente la maquetación del manga, aunque no era lo único necesario para completar la maquetación. Pero antes de eso tenía que rotularlo.

La rotulación no fue complicada, tras crear el Estilo de párrafo, que solo tuve que alterar en contadas ocasiones porque los bocadillos eran muy pequeños, solo había que procurar partir las líneas de la manera más armoniosa posible, intentando que hubieran pocas particiones de palabra; aunque en un manga es complicado por la forma de los bocadillos, que tiende a ser alta y estrecha.

Una vez maquetado y rotulado todo el manga, al exportarlo a PDF para mandarlo a imprenta, necesitaba que se invirtiera el orden de mis páginas, que la primera fuese la última y la última la primera. Encontrar cómo hacerlo, esta vez, fue más sencillo. No me costó mucho encontrar un Script para Acrobat Pro que hiciera precisamente eso, invertir el orden de las páginas. Cuando acabé y comprobé que los dos Scripts daban el resultado esperado, se los envié y expliqué cómo usarlos a los dos rotulistas a los que consulté.

Y con eso acabó la maquetación y rotulación de Los sentimientos de Miyoko en Asagaya, o quizá no… Pasado un tiempo, la editorial japonesa requirió que se les enviara mi maqueta, con todas las páginas limpias y arregladas. Y porque no dependía de mí, pero de haber sido así, me hubiese entretenido borrando las capas de los arreglos en Photoshop, que no lo he dicho, pero nunca toco una página original, todo lo que les hago es en capas superpuestas, por si la cago en algo tener la página original intacta.

Y esto ha sido todo. No me he parado a explicar muchas cosas para no aburriros y he usado términos que quizás no conozcáis. Pero quién sabe si este es el primero de varios artículos sobre rotulación… ¡El tiempo lo dirá!.

Si os ha gustado este making of, podéis seguirme en Twitter (@GabrielRegueiro) donde, de Pascuas a Ramos, escribo sobre los intríngulis de la rotulación.
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