Disfrutar leyendo, disfrutar comiendo

por Tata | 18 de octubre de 2018
El año 2018 hemos vivido la pérdida de los dos mejores chefs del mundo: Paul Bocuse, creador de la nouvelle cuisine, en enero, y Joël Robuchon, que acumuló 32 estrellas Michelín a lo largo de su carrera, en agosto. Dos referencias indiscutibles en la alta cocina francesa. Pero el placer de cocinar para los demás, de improvisar, de crear nuevos platos y combinar distintos sabores no pertenece sólo a los profesionales, sino que son muchos los aficionados, también entre los guionistas y dibujantes de cómics. Tanto, que se han animado a plasmarlo en papel. Curiosamente no hay ningún cómic francés sobre estos temas entre los recientemente publicados en España, donde sí abundan los verdaderos “cocinicas”. En cambio, encontramos varios japoneses, pueblo que demuestra tener una especial reverencia por el ritual de la comida, que se ha traducido en varios cómics del género manga de larga tradición. Como nexo de unión entre oriente y occidente, un rara habis, Gazpacho agridulce.

El mundo del cómic es tan variado como el de la cocina y sus elaboraciones. Los hay que quieren ser un sencillo y divertido manual que anime a cocinar, como Estoy hecho un cocinicas. Otros, abordan el tema culinario como producto cultural, como Cocinando con Kafka. También es abundante el número de cómics que se acercan a la gastronomía japonesa, bien desde el punto de vista de su elaboración o desde un punto de vista social. Y, por supuesto, no nos olvidemos de lo importante que es un buen maridaje de una deliciosa comida con aquellos caldos que realzan su sabor. Vinómics y Maestros cerveceros vienen en nuestra ayuda.

Hay cómics para todos los gustos: cocina mediterránea u oriental, divertida o sesuda, vista por el cocinero o por el comensal, itinerante o sita en un restaurante… el caso es disfrutar, reflexionar sobre el tema y tomar ideas para sacar partido a uno de los grandes placeres de la vida.


Cocinicas en acción
Cocinar y dibujar son las dos pasiones de XCAR y Azagra y las han aunado en Estoy hecho un cocinicas: recetas en viñetas, para animar, guiar, entretener, aconsejar… a aquellos que, de forma divertida, quieren ponerse manos a la obra. Son recetas para el día a día, las de Azagra un poco más tradicionales y las de XCAR más modernas, pero siguiendo las pautas de la dieta mediterránea.

En común, la simplicidad de las elaboraciones, el humor y una experiencia contrastada que garantizan resultados exquisitos. Por ejemplo, el de sus platos preferidos, el "Hojaldre pichabrava" y la “La Pipirrana”. Un libro con un destacado valor didáctico pensado para tenerlo a mano en el momento de meterse en la cocina.


Con otro cariz totalmente distinto, “el dibujante de los amantes de los libros”, Tom Gauld, aúna en sus historietas de trazo minimalista el mundo de la crítica literaria y el de la cultura pop. El resultado, Cocinando con Kafka, son unas viñetas concisas, brillantes, divertidas e ingeniosas que hacen gala del típico humor inglés para trivializar lo sagrado, para mezclar lo baladí y lo trascendente y acabar en el absurdo, siempre haciendo cómplice al lector. Los ingredientes, en este caso, son los libros, el cine, la música, la filosofía… en la misma línea de su anterior Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora.


Japoneses en la cocina
Cada japonés es un “gourmet”, un “viajero gastronómico” en potencia, un fan de la cocina tradicional de su país, que disfruta con el tiempo dedicado a la comida. Partiendo la devoción general de este pueblo por la gastronomía, Los paseos del gourmet solitario, que dan continuidad, dieciséis años después, a El gourmet solitario, recogen las andanzas de un viajero gastronómico para el que el acto de comer se convierte en un ritual, un momento para la reflexión, la observación del entorno, el recuerdo y el disfrute, además de una oportunidad para perderse por Tokio.

Es reseñable la descripción del espacio geográfico, por diferentes barrios de los distritos de la capital nipona, y alrededores, el retrato sociológico que dibuja de la clientela y el ambiente imperante en el local de turno, uno distinto cada día, 19 en total. Pero, sobre todo, destaca el elemento culinario, recreándose en los diferentes platos típicos japoneses, sus sabores y texturas.

Sin embargo, el más longevo de los cómics japoneses dedicados a la gastronomía, que se ha convertido en un auténtico fenómeno cultural, es Oishinbo, en el que Shiro Yamaoka y Yuko Kurita siguen buscando el “menú definitivo”, es decir, un menú que consiga un equilibrio perfecto entre los manjares más deliciosos del mundo, treinta años después y con más de 100 tomos a sus espaldas. En los diferentes capítulos, breves y autoconclusivos, los personajes son los mismos, la historia se repite, van cambiando los ingredientes, que luego son recopilados en tomos temáticos sobre sushi, fideos, carne, pescado, etc, todo ilustrado de forma más bien estática. Su originalidad radica en describir con detalle los los alimentos que componen el menú y el porqué de todo ello, ensalzando el valor de las elaboraciones sencillas además de su preparación, con gran cantidad de información. Oishinbo es un claro ejemplo del interés del pueblo nipón por la gastronomía. En España se ha editado en forma de selección de los mejores capítulos en volúmenes temáticos para acercar la cocina japonesa a todos los interesados en conocerla.

También Soma en Food Wars, igual que el protagonista de Oishimbo, hereda de su padre, a la vez modelo y rival, el amor por la cocina. Estudia en la academia de cocina Tōtsuki, trampolín profesional y personal. Sus aventuras no han quedado en las páginas de un cómic, sino que han sido serializadas en la revista Weekly Shonem Jump y se han adaptado a anime.

Y del restaurante Yukihira de Soma al restaurante chino que regenta Mamá Zhou. Los Zhou son una familia inmigrante de clase media que se instala en un pueblo andaluz a principios de los 90. Las hijas, nacidas ya en España, tienen que sobrevivir con la disyuntiva de ser china y andaluza, de integrarse y mantener sus tradiciones, todo ello agravado por la adolescencia y sus incertidumbres, que abarcan desde las amistades interraciales, la crisis de identidad… todo tratado con humor y desparpajo.

Está dividido en capítulos a modo de menú del día del restaurante que la matriarca de la familia dirige: entrante: “La infancia en el pueblo”; primer plato: “Adolescencia”; tercer plato: “Adiós al pueblo”, y el postre “La historia de amor de los papás Zhou”, en la China profunda de los años 80. “Quan ilustra este original cuento chino, lleno de divertidas anécdotas sobre su vida agridulce en España: desde el empeño de la gente en llamarla Juan, a las preocupaciones sentimentales de Mamá Zhou”.


¿Vino o cerveza?
Cada bebida tiene sus acólitos, su momento, su lugar, sus secretos… pero en este caso no es necesario elegir entre uno u otro. Hay guionistas y dibujantes apasionados tanto del vino como de la cerveza y han apostado por plasmar sus gustos y conocimientos en sendos cómics que ponen de actualidad su bebida favorita.

Y es que, desde que griegos y etruscos fomentaran la explotación intensiva de viñedos en occidente e introdujeran una tecnología más avanzada para su producción, el vino se convirtió en un producto de lujo que llegó a adquirir una gran importancia social, en los ritos funerarios y, sobre todo, entre los vivos. Hoy en día, sigue siendo un producto cultural de primer orden que, según el autor, ha iniciado el camino inverso, buscando la presencia cotidiana y el acercamiento a los jóvenes.

Vinómics: Relatos gráficos con sabor a buen vino colabora con este objetivo, aunando en un tomo los relatos vinícolas realizados por algunos de los mejores autores españoles que, con absoluta libertad para enfocar el tema, han alumbrado un mosaico narrativo muy variado en torno al tema del vino. Piezas cortas de diferentes géneros narrativos y estilos gráficos: humor, parodia cinematográfica, género negro, autobiografía, drama de época, relato erótico, ensayo gráfico y hasta ciencia ficción.

Para los muy aficionados al tema, Deamo recomienda acercarse a Los Ignorantes, del francés Étienne Davodeau o Las Gotas de Dios, de momento no editado en castellano, de los que se considera deudor.

La propuesta cervecera nos llega a través de la familia Steenfort, Los maestros cerveceros que, generación tras generación desde 1854, se han dedicado a la producción de cerveza. Jean Van Hamme (novelista y creador de Thorgal, XIII o Largo Winch) y Francis Vallès nos cuentan los avatares de esta familia, pero también los de la época que les ha tocado vivir y los secretos de la elaboración de esta bebida, Todo íntimamente unido. Un verdadero manual cervecero avalado tanto por los abundantes datos históricos y económicos como por el excelente trabajo de ambientación y caracterización de unos personajes por los que van pasando los años y las modas.

La obra fue publicada primero en Francia en los 90, después en España en 2003 y ahora es recuperada por Dolmen Editorial a mayor formato, lo que la convierte en un clásico, una excelente obra que sobrevive, igual que los Steefort, al paso de los años, para el disfrute de los aficionados a la cerveza.

A pesar de su variedad, cada cómic acaba siendo una invitación a divertirse leyendo, cocinando, viajando, comiendo y bebiendo. La propuesta está hecha. Cada cuál elige su menú, según gustos y apetencias.
El copyright de las imágenes de cada cómic o serie pertenecen a las correspondientes productoras y/o distribuidoras.