Onomatopéyame suavemente

por Gabriel Regueiro Poza | 1 de diciembre de 2020
Los verdaderos retos que nos encontramos los rotulistas son, en muchas ocasiones, cuando tenemos que echar mano de Photoshop para retocar diversos elementos de los cómics. Hoy os voy a hablar de algunos de ellos utilizando como ejemplo varios de esos retoques que he tenido que hacer yo mismo.

Vale la pena que sepáis cómo recibimos los materiales los rotulistas. Si se tiene mucha suerte, los archivos te llegan empaquetados en InDesign, con las páginas con los bocadillos limpios y las onomatopeyas en capas aparte. ¿Y qué significa todo eso? Un empaquetado en InDesign es una carpeta que se puede crear desde el propio programa, en la que dentro se genera un archivo .indd (el propio de InDesing, es decir, el que contiene el cómic ya maquetado y rotulado), un archivo .idml (lo mismo pero preparado para que se pueda abrir con versiones antiguas del programa), una carpeta Links (que contiene todas las imágenes) y una carpeta Document Font (con las tipografías que contiene el cómic). Si a eso le sumas que en la carpeta Links vengan las páginas del cómic con los elementos dibujo, bocadillos, textos, onomatopeyas y carteles separados en capas, para poder ocultarlas y trabajarlas independientemente en Photoshop, es que tienes una flor en el culo porque esto rara vez pasa.

En cómic europeo debo decir que casi siempre vienen los archivos empaquetados en InDesing, algunos de ellos vienen con los bocadillos en blanco, pocos de ellos vienen con las tipografías en su carpeta y ninguno de ellos viene con las onomatopeyas en capas aparte. En cómic americano casi siempre llegan las páginas sueltas, rara vez separadas en capas y nunca con las tipografías. Y en los mangas, como ya expliqué en el anterior artículo, tienes suerte si te envían cualquier cosa.

Dejando de lado que los bocadillos vengan con o sin texto y que se incluyan o no las tipografías, que probablemente hable de ello en otro artículo porque tiene miga, vamos a suponer que las páginas del cómic vienen con las onomatopeyas y demás elementos que haya que traducir en la misma capa. Es decir: que vayan incorporados al dibujo y que para cambiarlos haya que borrarlos total o parcialmente, redibujar el fondo y crear los nuevos elementos encima. Hay que tener en cuenta que los rotulistas nos guiamos por la traducción para cambiar, o no, las onomatopeyas y el resto de componentes gráficos. La norma sería que si no está traducido, no se ha de cambiar. No obstante si me llega una traducción y veo que faltan esas traducciones, siempre pregunto a los editores por ellas, y ya ellos son los que deciden si se piden las traducciones o si se dejan tal cual. Otro motivo por el que se pueden llegar a dejar es que la fecha de entrega sea muy justa, que haya mucho que cambiar y que además sean cambios complicados; entonces son los editores quienes suelen decidir no cambiar ciertas cosas (también se guían por lo que les digamos los rotulistas, que al fin y al cabo somos los que tenemos que hacerlo).

Así pues, empecemos con las onomatopeyas, que dan nombre a este artículo. Para ello he elegido dos ejemplos, el primero de ellos se trata de una onomatopeya enorme que iba de lado a lado de la página en el número uno de Frnck.

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En este caso la onomatopeya estaba integrada al dibujo, así que si quitaba algo de esta, tenía que dibujar el fondo que lo sustituiría. Para ello yo trabajo por capas en Photoshop (y como yo, imagino, todo el mundo), lo cual, para que os hagáis una idea, es como tener un dibujo e ir poniendo sobre este hojas transparentes y dibujar sobre ellas, de tal manera que el dibujo de abajo sigue intacto, pero se van solapando los cambios que se han realizado en las sucesivas hojas transparentes, en nuestro caso, las capas. Para «españolizar» esta onomatopeya había que añadir al principio la apertura de exclamación y eliminar, o sustituir por una «O», la «N» del final. Para no inventarme mucho las cosas acostumbro a aprovechar elementos ya existentes, así pues la apertura de la exclamación tiene como punto de partida el tercer trazo de la primera «N», que fui perfilando y dando forma para obtener el resultado que quería y al que depués añadí el punto, completamente inventado. Lo difícil de esta onomatopeya era clavar el degradado de color que tienen las letras. Para la sustitución de la «N» del final por una «O», lo primero que hice, en una capa nueva, fue eliminar la «N», pero como la onomatopeya iba pegada al dibujo, no valía con borrar (de hecho no borré nada), lo que hice fue dibujar sobre ella el fondo de debajo, el acantilado. Una vez eliminada la letra, lo que hice fue copiar la última «O», hacerla un poquito más grande e inclinarla unos grados, luego fui retocando y redibujando partes para integrarla al resto de onomatopeya.

El segundo ejemplo que he elegido ha sido el cómic Melvina.

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Para ilustrarlo he cogido esta imagen que contiene cuatro onomatopeyas, pero podría haber cogido cualquier otra página del cómic, que estaba lleno de ellas. La particularidad de este cómic es que todo es artesanal: dibujo a tinta y color a acuarela. Ya se puede suponer que eso de que vengan los elementos separados en capas quedaba descartado. Fue realmente una gozada trabajar en estas onomatopeyas porque disponía de mucho tiempo y eran muy entretenidas. Intentaba aprovechar las letras ya existentes y en el ejemplo se puede ver, aunque muchas de ellas las tuve que rehacer para poder moverlas a mi antojo. El resto de letras son inventadas. Para este cómic tuve que redibujar mucho fondo, imitando el efecto de la acuarela. Aunque en el ejemplo no se llegue a apreciar, las letras también tenían cierta textura que tuve que emular a lo largo de todo el cómic.

Uno de los elementos gráficos que suele aparecer y la gran mayoría de las veces hay que cambiar son los carteles o letreros. Para ejemplificar esto he elegido estos dos carteles del cómic Sección Cero.

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Este tipo de carteles aparece más de lo que os imagináis. A veces no se cambian pero lo normal es que sí. La pena de esto, al igual que con muchas onomatopeyas como las de Melvina, es que llevan un trabajo que pasa muy desapercibido porque es muy probable que cuando leéis un cómic, paséis la vista por ellos pero no los lleguéis a leer. En este caso parece que no tenga mucha dificultad porque tapar el original consiste en pintar de gris por encima, y es la pura realidad, pero hay tres tipografías distintas y ninguna pista ni referencia para saber cuáles son. La de «FUERA DE SERVICIO» es la única que tras lucharlo conseguimos que la editorial americana nos enviara (porque se usa mucho en los extras de ese cómic), pero las otras dos requirieron tiempo buscarlas entre gratuitas y de las que tengo con licencia. Ninguna de las dos tipografías es la de origen, pero la diferencia es mínima y dan el pego. Por último el efecto de perspectiva es algo sencillo de hacer cuando ya estás acostumbrado a ello. Para mostrar algo más complicado he elegido estas dos páginas del cómic Hey kids! Comics!.

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En la primera de las páginas se ven dos cosas de las que he hablado. Por un lado está el uso de las tipografías, que esta vez se nota más que no es la misma, pero se parece. La tipografía original la encontré, pero el precio de las tipografías es muy alto como para estar comprándolas para elementos como este y al final busqué una similar entre las que tengo con licencia. Otra cosa que se puede apreciar en esa página es que los títulos de los cómics del fondo no han sido traducidos, eran tan complejos (por tener que redibujar fondo, buscar las tipografías o diseñar el logotipo en español) y se repetían de tantas formas diferentes a lo largo del cómic que hubiese sido imposible terminar la rotulación para la fecha indicada.

En la siguiente página del ejemplo se puede ver esa misma imagen colocada en la revista tres veces. De nuevo algo que seguramente pasó muy desapercibido, pero llevó su tiempo tapar la original, sustituirla por la nueva, deformarla para que estuviese en la posición que pedía la revista y, por último, darle el tono azulado que tiene. Cuando estaba trabajando en el tono azulado intenté que no quedase la cara del personaje tan roja como en el original.

La siguiente categoría la he dedicado a la escritura manuscrita continua. Para ilustrarla he elegido estos tres bocadillos del cómic Khalat.

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A veces hay cartas manuscritas en los cómics, o estos están rotulados a mano por los propios autores como en el ejemplo. Las cartas las suelo transcribir a mano, ya sea con la tableta gráfica (que uso para todos los retoques) o en hojas y con pluma, para luego escanearlo e integrarlo. En el caso del ejemplo están hechas con la tableta gráfica. Cuando se trata de una carta intento imitar todo lo posible la letra original, pero para rotular todo un cómic preferí hacer un tipo de letra con el que me sintiese más cómodo, procurando integrar en ella características de la original.

Para el final he dejado los rediseños de títulos o logotipos. Para ello he elegido la portada de Sección Cero y la cubierta de Los Estados Divididos de Histeria.

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La primera de ellas corresponde a la primera página del interior del cómic Sección Cero, es decir, la portada. Para este cómic tuve que rediseñar el logotipo. Fue un trabajo que hice con Illustrator, ya que ese tipo de elementos es mejor trabajarlos con vectores. El logotipo de partida era una imagen en mapa de bits (en píxeles, para que nos entendamos), así que rehice todo el logotipo entero con vectores y luego cambié los elementos para españolizarla. La pena es que la «Z» de «ZERO» formaba la ilusión de ser la estela de la «O» que representaba un OVNI, y con la traducción eso se perdió. A veces unos cambios sientan mejor que otros, y para muestra de ello la cubierta de Los Estados Divididos de Histeria.

Lo primero a destacar entre la original y la española es ese reborde negro que se ve. Eso es porque en la original esa parte no existe porque esa cubierta era en rústica (tapa blanda), en España se publicó en cartoné (tapa dura), y a parte de lo que se ve en la imagen, tuve que redibujar casi dos centímetros más para la vuelta de la cubierta (si cogéis cualquier libro encuadernado en cartoné, veréis que la cubierta gira en los cantos del libro y se pega por dentro del cartón, a eso me refiero con la vuelta). La parte del título de «Los ESTADOS DIVIDIDOS de» está hecho con otra tipografía distinta a la original, de nuevo por los motivos de siempre, pero da el pego. Las sombras de esa parte de la tipografía están dibujadas a mano. En «HISTERIA» tan solo tuve que borrar la «Y» y sustituirla por una «I» usando Photoshop. El problema que tenía la cubierta original es que esa mancha y el texto con ese color quedaban de espanto y no se leía muy bien, además que replicar esa mancha hubiese sido muy complicado. En su lugar, eliminé toda la parte del título, y con un color de fondo mejorado, hice mi propia mancha en negro y puse el título en blanco con un toque de amarillo.

Es posible que me deje algún tipo de retoque pero creo que, a grandes rasgos, he tratado todos los que suele haber. He intentado ser menos técnico que en el artículo de «Los sentimientos de Miyoko en Asagaya, making of» y explicar un poco los términos utilizados. No obstante, si estáis interesados en saber más, podéis escribirme por Twitter (@GabrielRegueiro).
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