Argumento
El protagonista de esta historia hace una voluntaria escala en su personal viaje figurado de recuperación psiquiátrica para hablarnos de lo que pasó regresando hacia su casa en un vagón de metro. Un revisor obsesionado por las dos exigencias que su empresa de subcontratas le plantea para conservar su trabajo (guardar silencio y no perder el tiempo) le hacen enloquecer hasta el punto de convertir esas dos frases hechas en dilemas irresolubles: dónde se guarda el silencio y cómo puede uno encontrar el tiempo que ha ido perdiendo durante los años vividos. Preguntas que el trastornado revisor cree dirigir a la mismísima Muerte pero con las que en realidad aborda a Alexis, un ilustre catedrático afectado de gigantismo, embotado y disfrazado de Muerte que regresa a casa desde una fiesta que ha durado demasiado tiempo.Entre otros hechos colaterales del sin dios que genera el revisor en el vagón del metro, nuestro joven protagonista explica con posterioridad, como narrador y testigo de lo que ocurrió en el vagón, hasta que punto él pudo sugestionarse asociando muchas de sus circunstancias indiscriminadamente, y entre otras cosas por qué creyó él que quitarse o ponerse un suéter a rayas haría cambiar sus peores circunstancias en una quietud y paz duradera.
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