Ni botones, ni periodista, ¡Spirou quiere ser pintor! O al menos eso es lo que intenta al apuntarse a clases de pintura tras dimitir de su puesto en el periódico Le Moustique. Pero nada es lo que parece en esta nueva aventura de Spirou. Poco tiempo tendrá para aprender a pintar ya que se verá obligado a cuidar de la hija de Noé, un extraordinario domador de animales que trabaja para un circo que está asentado en la ciudad. Y ayudará a su amigo Fantasio a descubrir quién es el anónimo pintor de unas revolucionarias obras de arte de una nueva corriente llamada Zooísmo.
Los lectores de los primeros álbumes de Spirou reconocerán a Noé, que apareció en su momento en el álbum Un bebé en Champignac. Vuelve en esta historia independiente, una de las más adultas de la colección.