Argumento
La miseria es el caldo de cultivo de la utopía. Bien lo sabe Fu Chen, hijo de otros arrabales, cuyo recuerdo ha trocado en desprecio por sus semejantes, tristes ilusos de los que aprovecharse explotando el filón de la esperanza que alimentan la humillación y la desesperanza. Él también es otra víctima del ostracismo, de la triste conciencia del marginado que anestesia el pudor y la decencia en su afán de redención. Pero no siempre ocurre así. Ahí está Lan Zhu, que desmiente la explicación del ambiente como modeladora definitiva del alma humana y rompe una lanza a favor del poder de las auténticas ideas de lo humano que la vertebran, tales como la Justicia y la Libertad. Su valentía conmueve: porque es auténtica, porque es bella. Una belleza afilada por la Verdad, tanto que, a veces, toca y duele en lo más profundo de nosotros.
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