Argumento
El clásico axioma «aprender divirtiéndose» cobra todo su sentido en este libro luminoso y mágico de María Ramos. Una comida campestre, como las que todos hemos vivido de niños, se convierte en una lección de ciudadanía y comportamiento ecológico. La extraordinaria sensibilidad de estas ilustraciones nos transporta a ese día indefinido —¿del pasado?, ¿del futuro?— para ayudarnos, desde las páginas de un libro, a gozar de la belleza de la naturaleza, de la sensación de estar haciendo algo nuevo, de los sabores, de los olores y de la vida, en suma, convertida en juego. De este libro se diría que ha llegado desde una Europa del Este idealizada, o quizá de más allá, pero María ha dado con un estilo tan personal que no tiene edad ni geografía. Picnic es un libro que se mira, se toca y se huele, hasta que entran ganas de comérselo.
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