Argumento
Libritos Jenkins se complace en presentar su primer cómic a todo color. Ochenta años después de su nacimiento, y por primera vez traducidas (y leve, respetuosamente adaptadas, unificadas y restauradas), este tomo recopila las aventuras completas del superhéroe The Music Master (1942-1945), creado por el guionista Stephen A. Douglas y el dibujante Bill Everett, para la revista mensual Heroic Comics, de la olvidada editorial Reg'lar Fellers.La Edad de Oro del tebeo de superhombres fue un vergel en el que germinaron centenares de personajes, y solo una pequeña parte de ellos sigue siendo recordada tantas décadas después; y su desarrollo no estuvo exento de cierta aleatoriedad: por qué Batman o el Capitán América han alcanzado semejantes niveles de popularidad, mientras que el Music Master ha sido completamente soterrado, se debe principalmente a diatribas editoriales y caprichos del destino... ¡y esto es bastante injusto!La historia de John Wallace, el elegante violinista revivido gracias a la Canción de la Vida, interpretada por la ancestral y misteriosa Flauta egipcia de la Muerte, podría haber sido muy distinta; pero su existencia editorial se alargó apenas durante cuatro años, para a continuación precipitarse en el más profundo de los pozos del olvido. Vistos con perspectiva, su idiosincrasia, su ingenuidad o su naïf denuedo no difieren demasiado de cualquiera de sus colegas contemporáneos: protagonizaba historietas cortas en cabeceras antológicas, con guiones sencillos y autoconclusivos, realizados por profesionales prácticamente de incógnito. Atrapaba a rateros, peleaba con supervillanos o (la época mandaba) destruía los planes de conquista tramados por los nazis. Eran pequeños relatos ilustrados de fantasía de usar y tirar, que millones de niños y niñas devoraban durante una época gloriosa para la literatura popular, y cuya pervivencia o no en la memoria colectiva, se debe principalmente al azar.El trabajo de algunos de los autores que le dieron vida, como Everett, Jimmy Thompson o el eisneriano Allen Ulmer, ha sido alabado con el tiempo. Pero las aventuras de Wallace y su sidekick adolescente Downbeat no las reivindicaba nadie... ¡hasta ahora! Creo que para cualquier aficionado al género, ¡e incluso para cualquiera que ame la música! (con sinestesia o sin ella), la existencia de un tipo que vuela en una estela de pentagramas, aporrea a sus enemigos con notas solidificadas o se cuela por pequeños huecos transformado en melodía, es un concepto más que interesante y original... además de bizarro. Y quién sabe hasta dónde podrían haberlas llevado futuros artistas y escritores, o en cuántos sueños podría haberse aparecido en todo este tiempo... ¡Tal vez no sea demasiado tarde para ponerle en su lugar!Portada de PEDRO VILLAREJO - Prólogo de GERARDO VILCHES.
¿Falta información o algún dato es incorrecto? Si es así, ¡haz click aquí y avísanos!