«Yukiko, bajo el trazo de Boilet, es la chica más guapa del mundo, hermosa como Anna Karina a ojos de Godard, hemosa como Maggie Cheung para Assayas (...) Frédéric Boilet es un intimista, dibuja la ternura, el vínculo, la relación amorosa en cámara subjetiva, ese instante fugitivo en que la emoción le embarga a uno.» Libération