Argumento
Kogarashi sigue siendo el blanco de todas las meteduras de pata y situaciones comprometidas, pero también empieza a mostrar un lado más serio cuando la cosa se pone fea en el mundo espiritual.
Yuna, como siempre adorable y despistada, sigue conectando con Kogarashi y la tensión entre ellos se siente un poco más palpable, aunque sin perder la chispa de humor que define la serie. Además, las chicas de la pensión no se quedan atrás y tienen sus propios momentos para brillar, con situaciones cómicas y alguna que otra sorpresa que hacen que el grupo se sienta más unido.
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