Desde muy pequeño, Pozla lo pasaba mal: fortísimos dolores de barriga, diarreas continuas, malestar general... Un sinfín de síntomas y molestias que le hicieron vagar de médico en médico durante años sin dar con el diagnostico correcto. Tras ser hospitalizado de urgencia en 2011 con 29 años, descubren que sufre la enfermedad de Crohn y debe someterse a una delicada operación quirúrgica. En este momento recurre al dibujo como analgésico potente y un medio para canalizar sus profundas emociones, plasmando este viaje en un cuaderno en blanco. Estas ilustraciones aparecen en De tripas y corazón, en el que Pozla decide contárnoslo todo, para dar a conocer una patología de la que no se atreve a hablar nadie y dar testimonio de un cotidiano desesperanzador, del que hoy puede hablar con tranquilidad. Si la temática es cruda, el discurso es siempre divertido, el tono desenfadado y es fácil empatizar con este personaje delgado y gafotas. La obra se cierra con algunos trucos de alimentación muy útiles en una sociedad cada vez más afectada por las alergias alimenticias. Nunca he visto a nadie dibujar sensaciones físicas de esta manera". Pénélope Bagieu