Ángel Sefija. Los doce meses del año

Ángel Sefija. Los doce meses del año
Marzo de 2018
Distribuye Astiberri Ediciones
ColorRústica con solapas | 80 páginas
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Argumento
Con diecisiete años de presencia semanal en la revista satírica El Jueves, llega Ángel Sefija los doce meses del año, el duodécimo álbum recopilatorio de esta saga protagonizada por un archivista de lo cotidiano, un hombre de mediana edad, con gafas y barba, escritor frustrado y gran observador que diserta con humor, ironía y desarmante lógica sobre los más variados temas que se le ponen a tiro en el día a día.

En este volumen, Sefija destaca, por ejemplo, cuando una expresión como “zona de confort” se pone de moda y acaba usándose para cualquier cosa, las posibles razones para que una persona siga robando cuando ya ha conseguido acumular más dinero del que podría gastar el resto de su vida, consideraciones para pagar o no pagar por Spotify, los argumentos para no quitar nombres de calles y otras distinciones honoríficas a golpistas, fascistas y asesinos, razones para que una persona pague por ver porno en internet, en qué se distingue un cachopo de un sanjacobo de toda la vida o lo bueno y lo malo en Airbnb.

Para la periodista y escritora Mercedes Cebrián, Sefija es un “antropólogo, sociólogo, politólogo y, sobre todo, finísimo analista del comportamiento humano contemporáneo. Cada nueva recopilación de sefijismos nos coloca en un nivel más alto de nuestra evolución como seres humanos. En las viñetas de Ángel Sefija se encarnan las ideas de orden y progreso que aparecen mencionadas en la bandera de Brasil como valores que deberían regir el Estado”.

“Confieso que a veces –añade Cebrián en el prólogo de este tomo– me olvido de que Ángel Sefija es un personaje de ficción creado por Entrialgo. Es que se le parece un poco, con sus gafas y su barba, lo cual me lleva a imaginar que la cabeza del historietista está amueblada con una serie de estanterías, ficheros y botes de farmacia donde se clasifica todo lo que ocurre en la cotidianidad de este mundo inquietante, fruto de la globalización, del catetismo heredado y de la necesidad de impresionar propia de una inseguridad ancestral que se lleva mucho por aquí”.

 

“Grandes verdades desde el humor”.

José Oliver, Última Hora

 

“Un cúmulo de visiones de la vida diaria reflejada de forma irónica y desternillante. Un antídoto para remover conciencias”.

Alberto García Saleh, La Provincia
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