Esta obra nos cuenta lo que sucedió en el mundo antes del nacimiento de Aquaman a través de una genealogía que profundiza en los acontecimientos que dan forma a uno de los universos más desconocidos de DC: Atlantis.

Todo empieza de una forma muy particular y es que antes de comenzar el cómic, nos cuentan en la introducción, que un investigador llamado R.K. Simpson ha descubierto en unas excavaciones romanas Las Crónicas de Atlantis. Simpson presenta su hallazgo a la comunidad científica y no le toman en serio así que decide llevarle las crónicas a la editorial DC. Evidentemente es un personaje ficticio, pero durante los 7 números de esta miniserie, leeremos una entrevista e informes de Simpson que van a ayudar a darle profundidad y sentido a la mitología atlante que se nos presenta en este cómic.

El juego resulta muy divertido para el lector porque aparecen referencias de textos famosos, investigaciones como los ‘Rollos del Mar Muerto’ y menciones a los trabajos de autores míticos del misterio como Erich von Däniken. Todo muy Kirby.

Shalako, hermano del rey Orin
Shalako, hermano del rey Orin
Algunas de las portadas originales de la miniserie, ilustrada por Esteban Maroto
Algunas de las portadas originales de la miniserie, ilustrada por Esteban Maroto

Ya entrados en el cómic, veremos que Peter David se apoya en la figura del Cronista Real de Atlantis para ir relatando, generación tras generación, los sucesos que acaecieron a los ancestros de Orin (Arthur Curry). Los cronistas ostentaban un título hereditario y estaban presentes, en un segundo plano, en los sucesos más reseñables de la vida Atlante. Todo lo que veían lo dejaban escrito en unos volúmenes para que sus primogénitos/as siguieran recopilando la historia de su pueblo en el futuro. Por eso durante toda historia vamos a encontrarnos a varios narradores/as en tercera persona, lo que funciona muy bien, porque muestra la personalidad de cada cronista según detalla lo que ve.

Es curioso cómo sin mencionar el nombre de Aquaman en ningún momento, nos cuentan una historia que da respuesta a muchas de las grandes incógnitas sobre este superhéroe. De hecho Peter David da mucha más información sobre el personaje, que Geoff Johns en el Aquaman de New 52, y sin necesidad de reescribir sus orígenes. Algo muy meritorio porque el binomio Geoff Johns – Ivan Reis recuperó parte de la dignidad de Arthur Curry.

Varias viñetas del arte de Esteban Maroto
Varias viñetas del arte de Esteban Maroto
Kordax - Atlan, hermano mediano de Kraken y Haumond, y padre de Aquaman
Kordax – Atlan, hermano mediano de Kraken y Haumond, y padre de Aquaman

Por eso vamos conocer quiénes eran sus padres, descubriremos cómo llegan a respirar debajo del agua; cómo encaja todo con las historias previas de Arion sobre Atlantis; quienes son los idilistas? (el pueblo de Aqualad); de dónde viene la comunicación telepática; por qué es malo tener el pelo rubio; o cómo Atlantis pasó de ser la civilización más importante de la superficie a ser una potencia hundida en el océano.

Por si fuera poco todo está regado con intrigas palaciegas al más puro estilo de Juego de Tronos, donde nos encontraremos la eterna batalla entre dos hermanos (Orin y Shalako), generación tras generación. También veremos las tensiones entre místicos y tecnólogos, historias de amor, celos, infidelidades, violaciones, guerras y escenas épicas con seres inimaginables.

A nadie se le escapa que Aquaman es un personaje denostado dentro del universo DC. Muchos lo han criticado por su falta de carisma o por tener unos poderes un tanto ridículos. Pero esas voces críticas olvidan a menudo que originalmente Aquaman tenía la misma fuerza que Superman. Por eso Las Crónicas de Atlantis ponen en valor al personaje haciéndole heredero de una estirpe de guerreros aguerridos e introduciéndole en el epicentro de una mitología que enriquece y contextualiza todo lo que se contó posteriormente sobre él. Lástima que Geoff Johns no continuara el trabajo narrativo y documental que llevó a cabo Peter David.

Evolución física del personaje de Orin
Evolución física del personaje de Orin
Kordax - Orin entregando al primer cronistas el primer volumen de Las Crónicas de Atlantis
Kordax – Orin entregando al primer cronistas el primer volumen de Las Crónicas de Atlantis

El argumento es realmente espectacular pero cobra sentido gracias al arte de Maroto, que brilla sobre todo en evolución de los personajes. El deterioro físico y el paso del tiempo, por ejemplo, en el primer rey de Atlantis, Orin, están muy bien reflejados con los lápices. Los detalles de las caras, el diseño de la ropa de los personajes y los seres marinos, son magníficos, están llenos de dinamismo y fuerza gracias a una expresividad pasmosa.

Creo que dibujar a Aquaman es muy complicado. Representar un mundo tan desconocido como el submarino, sortear la gravedad para que los personajes naden y no vuelen, o dotar de realismo a los movimientos de ropas, capas y peinados, es muy complicado… pero Maroto resuelve estos inconvenientes con maestría.

Sobre el color hay que apuntar que esta miniserie es de finales de los 80, es decir, es de la época en la que las técnicas de impresión estaban cambiando y el ordenador empezaba a ser considerado una herramienta útil para colorear. Esto permitía a los coloristas como Eric Kachelhofer jugar con paletas cromáticas más atrevidas y usar tímidos degradados. No obstante en el color hay una evolución notable de las primeras páginas a las finales.

Aquaman: Año Uno. Dibujo de Kirk Jarvinen
Aquaman: Año Uno. Dibujo de Kirk Jarvinen

Inexplicablemente esta obra no llegó a ser un éxito de ventas en el momento de su lanzamiento, pero siempre ha gozado de grandes elogios de la crítica. El propio Peter David vio recompensado su trabajo y a comienzos de los 90 le dio continuidad a la historia creando la tercera serie regular del personaje, Aquaman: Año Uno, donde Arthur Curry pierde una mano y muestra un aspecto muy deteriorado. Leedlo por que es genial.

Por todo esto, la edición que lanzó ECC a comienzos de 2018 recopilando esta miniserie en un integral de 344 páginas y en cartoné, es una oportunidad magnífica de tener una gran historia contada por los lápices de un Esteban Maroto por encima del trabajo que hizo en Amethyst, Zatanna o Creepy. Sin lugar a dudas es un tomo que tiene que estar en toda estantería que se precie.