Cómic: Reseña de "FLASH de Grant Morrison y Mark Millar: Carrera por la Humanidad" de ECC Ediciones.
Para esta noche del día del libro, tenemos el placer de traeros otro de los maravillosos recopilatorios que ECC Ediciones está lanzando este año con motivo del 75 aniversario del velocista escarlata.
Una vez más nuestra historia nos sitúa en la época tras la caída de Flash ante el Anti-Monitor durante Crisis en Tierras Infinitas, cuando el manto del velocista cedió al que hasta entonces había sido Kid Flash. Wally West vistió el rojo y se convirtió en héroe local de Keystone City y miembro de la Liga de la Justicia de América.
En esta ocasión el volumen recibe el título de Carrera por la Humanidad, y llega amparado bajo el brazo de dos guionistas de renombre que, a lo largo de las páginas que vamos a disfrutar, fueron responsables de sus historias: nada más y nada menos que Grant Morrison y Mark Millar, los cuales son acompañados en estas viñetas por los artistas Paul Ryan, John Nyberg, Ron Wagner y Pop Mhan, entre otros.
ECC Ediciones nos lo presenta en un cartone de 336 páginas a todo color, en cuyo interior se incluyen los originales USA The Flash núms. 130 a 141, Green Lantern núm. 96, Green Arrow núm. 130, The Flash 80-Page Giant núm. 1 y JLA Secret Files núm. 1.
El volumen da inicio con la que fue la primera colaboración entre los guionistas Grant Morrison y Mark Millar con el arco argumental Parada de Emergencia, una historia de tres partes en las que veremos como Wally West debe desde impedir su propio asesinato a detener a un traje sintiente.
Nuestra historia da inicio cuando los velocistas Max Mercury y Jay Garrick encuentran el cadáver de Flash con una nota de amenaza que lo destaca como el Wally West de una hora en el futuro. Dispuestos a desentrañar este misterio, tanto ellos como el propio Wally siguen la pista a estos hechos hasta que finalmente dan con el causante de todo esto: un Traje con inteligencia propia que es capaz de absorber la energía y poderes de sus usuarios.
Sin embargo, impedir este asesinato además de implicar una intrincada paradoja temporal hace que el traje siga libre pero que Wally termine con sus dos piernas rotas y por lo tanto, incapaz de detenerle.
En su ausencia, veremos como los dos velocistas maduros y el joven Impulso toman el relevo, dispuestos a detener a El Traje. Pero nuestro héroe, poco dispuesto a quedarse haciendo reposo, decide buscar una alternativa en al Fuerza de la Velocidad: Un traje hecho de la propia energía capaz de aguantarle en pie para poder plantar cara al peligro que acecha Keystone City.
Nos encontramos ante una trama de lo más rebuscada, en la que en ocasiones Wally nos muestran unos razonamientos bastante más rebuscados de lo habitual, llegando a que en ocasiones resulte en situaciones un tanto forzadas.
Sin embargo, solo por su Traje de Velocidad merece la pena leerse toda esta historia, algo en lo que participa activamente el impresionante dibujo de Paul Ryan, quién es de saque el mejor dibujante que vamos a encontrar en todo este volumen. Y si no, observad las viñetas que acompañan estas lineas... un trazo clásico pero firme y convincente que le viene como guante al dedo a la historia.
La siguiente trama es todo un clásico en el que vemos a Wally hacer frente al Amo de los Espejos McCulloch, quién tomará a Linda como rehén en una suerte de tiempo invertido para tender una rebuscada trampa de reflejos a nuestro protagonista, en la que lo que más destaca es la paranoia inherente de cuando Wally atraviesa un prisma y se divide en un montón de Flashes multicolor. Como decíamos una aventura bastante clásica en la que una vez más nos acompaña el dibujo de Paul Ryan.
La siguiente trama cede el testigo protagonista a Jay Garrick, y contando una vez más con el mismo dibujante nos trae una historia repleta de nostalgia con Naturalezas Muertas y Vidas Veloces.
En ella asistiremos a como Jay decide salvar la vida de su amigo Cliffor Devoe, quién se encuentra en sus últimos momentos a causa de un tumor cerebral. Su solución es encontrar el desaparecido Sombrero Pensante que en la edad de oro convertía a su amigo en El Pensador, esperando que así logre salvarse la vida a si mismo.
Una trama repleta de un sabor agridulce.
Nos encontramos ante una trama de lo más rebuscada, en la que en ocasiones Wally nos muestran unos razonamientos bastante más rebuscados de lo habitual, llegando a que en ocasiones resulte en situaciones un tanto forzadas.
Sin embargo, solo por su Traje de Velocidad merece la pena leerse toda esta historia, algo en lo que participa activamente el impresionante dibujo de Paul Ryan, quién es de saque el mejor dibujante que vamos a encontrar en todo este volumen. Y si no, observad las viñetas que acompañan estas lineas... un trazo clásico pero firme y convincente que le viene como guante al dedo a la historia.
La siguiente trama cede el testigo protagonista a Jay Garrick, y contando una vez más con el mismo dibujante nos trae una historia repleta de nostalgia con Naturalezas Muertas y Vidas Veloces.
En ella asistiremos a como Jay decide salvar la vida de su amigo Cliffor Devoe, quién se encuentra en sus últimos momentos a causa de un tumor cerebral. Su solución es encontrar el desaparecido Sombrero Pensante que en la edad de oro convertía a su amigo en El Pensador, esperando que así logre salvarse la vida a si mismo.
Una trama repleta de un sabor agridulce.
En esta historia nos encontramos con un equipo creativo que va variando, encontrando primero a Ron Marz a los guiones con Paul Pelletier a los lápices, luego a Chuck Dixon a cargo de la historia y Will Rosado del arte, y finalmente al equipo de las historias anteriores, debido a que cada entrega se publicó respectivamente en las series regulares de Green Lantern, Green Arrow y finalmente The Flash.
La trama nos muestra como los tres héroes marchan de vacaciones a un crucero por Alaska, teniendo la mala suerte de coincidir a bordo con los delincuentes Sicario, Ola de Calor y Sonar, quienes han decidido revivir al terrible doctor Polaris.
Sin duda un giro argumental que nos sorprende y que logra salvar una historia que a priori se presentaba algo insulsa, aunque gracias a ella podemos ver como se desarrolla la relación entre estos tres héroes sustitutos del grande que llevo su manto en su tiempo.
Sin duda, el mejor arte también es el que nos ofrece Paul Ryan en la tercera parte, destacan por mucho sobre sus compañeros, cuyos estilos se presentan mucho más toscos.
Y con esto llegamos a la historia que le da nombre a este volumen...
La historia da inicio cuando un velocista llamado Fuerza G aterriza y muere en Keystone City intentando avisar a la humanidad de lo que se avecina. Tras él no tardan en llegar unos terribles heraldos de la destrucción: dos gigantescos titanes alienígenas cuyo único propósito en la vida es apostar la existencia de los mundos en base a unas carreras entre representantes de los mismos.
Así es como Flash termina siendo seleccionado para una terrible carrera a través del espacio y el tiempo por salvar la humanidad, una carrera fuera de todo sentido que durará semanas, en las que atravesará mundos, rayos celestes y singularidades cósmicas.
Su competidor no será otro que Krakkl, un peculiar ser que parece una versión energética de Sonic el erizo y que no es otro que su antiguo amigo de la infancia; un velocista que viene de un mundo hecho de ondas de radio. Desde luego, decir original es poco... Una historia que nos deja totalmente fuera de tiesto debido a lo inesperado de cada uno de los ingredientes que la componen-
En esta ocasión Max Mercury descubre mediante unas fotografías que el Flash Oscuro, la parca de los velocistas, se encuentra tras Wally. Decidido a impedirlo, une fuerzas a Jessie Quick para evitar que su amigo pierda la vida.
Pero lo que ellos no saben es que sus acciones solo cambian su lugar por el de Linda, quién es destruida por un relámpago. Con el amor de su vida muerto, Wally pierde sus poderes y todos sus motivos para vivir, dejándolo todo atrás.
Pero tras él la sombra del Flash Oscuro aun perdura...
Sin duda la que probablemente es la mejor historia de todo este recopilatorio, con la caída de Wally West como tema central, que sus autores llevan magistralmente hasta su apoteósico final...
Una trama que pone el broche de oro a este tomo en el que vemos toda una evolución del velocista pelirrojo.