En el año 2013, Matteo Farinella deslumbró a la comunidad científica y a la industria del cómic con su innovador Neurocómic. Fue publicado gracias al apoyo de Wellcome Trust, organización benéfica de investigación neuromédica de Londres, capital donde el autor obtuvo ese mismo año el doctorado en Neurociencia. Farinella sorprendió por su estilo divulgativo, pero con un dibujo y un tono que enganchaba a cualquier lector ocasional, sin necesidad de tener que estar vinculado a la comunidad científica. El experimento resultó suficientemente exitoso, pues ahora el mismo autor publica su secuela moral, Los sentidos, una obra con la que sigue divulgando diferentes aspectos de la Neurología.
La fórmula de Los sentidos es similar a la de Neurocómic, el autor encuentra una figura aparentemente ajena a la Neurología, y nos hace acompañarla a través de un repaso al funcionamiento de los cinco sentidos, para comprender mejor cómo funciona el cerebro humano. La excusa de esta obra es una protagonista que, tras un accidente con unas gafas de realidad virtual, pierde el conocimiento. Mientras una amiga intenta reanimarla, acompañamos a la protagonista a través de un viaje en el que aprenderá cómo funcionan los cinco sentidos. Y sus maestros serán los científicos más importantes y que han contribuido históricamente al conocimiento de la Neurofisiología humana.
De este modo, Farinella nos da una clase magistral de Neurología, explicando el funcionamiento del cuerpo humano, de un modo muy didáctico, sin entrar en demasiados detalles teóricos, y dando una visión muy somera de la materia. Además, al hacer que las personas que vayan explicando la materia a la protagonista sean figuras históricas, no solo vamos a tener una visión exclusivamente desde el punto de vista de la Neurología, sino que también vamos a aprender Historia de la Medicina, conociendo a aquellos investigadores que han permitido que tengamos los conocimientos que tenemos hoy día. Se repite así la fórmula de Neurocómic, donde personajes como Ramón y Cajal, Sherrington o Golgi o nos iban enseñando cómo funcionaba el cerebro humano. En esta ocasión, nuestros maestros de ceremonia son personalidades tan importantes como Merkel, Meissner, Malpighi, Shepherd o Corti, nombres que le sonarán a chino a la gran mayoría, pero muy familiares para los que nos dedicamos a la salud.
Y, como digo, Farinella no profundiza excesivamente en la materia. Da las pinceladas suficientes para que alguien ajeno a la materia pueda comprender cómo funcionan los sentidos, sin necesidad de entrar en un terreno farragoso en el que ese mismo lector se pierda con tanto tecnicismo. Además, aquí el viaje es más lineal y predecible, al ser los cinco sentidos algo conocido para todos. En Neurocómic, el protagonista era absorbido hacia el propio cómic, mientras que aquí el accidente sirve de excusa para introducir a dicho personaje en esa realidad virtual que estaba viendo.
El dibujo de Farinella es muy sencillo, con pocas viñetas por página y un dibujo grande para las estructuras anatómicas y los esquemas más importantes. Los personajes reales están bien caracterizados y son bastante reconocibles. Es una manera muy didáctica de aprender sobre la materia. Me gusta cómo da los apuntes más importantes sin llegar a embarrarse con demasiada teoría. Y me encanta la capacidad didáctica que tiene el autor, capaz de plasmar dos ideas en un tema tan complejo, y que resulte suficiente para poder tener una idea global. Esa capacidad docente está al alcance de pocos.
Además, la extensión no es excesiva, de hecho diría que incluso llega a hacerse corto. Pero con este número de páginas y esta profundización se convierten en unos libros perfectos para usarlos como material de apoyo en colegios e incluso en Facultades de Medicina, puesto que su tono es muy asequible para cualquiera.
La obra incluye una serie de notas al final, donde se extiende en algunos puntos. Eso permite al autor no hacer farragosa la lectura, y poder profundizar en algunos conceptos, o presentar a algunas figuras históricas sin necesidad de ralentizar el ritmo de la narración. La obra se completa también con un listado de lecturas recomendadas para que el que se haya interesado por lo que cuenta pueda profundizar en la materia más.
En definitiva, Los sentidos.
Otra obra más con la que Norma engrosa un catálogo ya rico en títulos relacionados con Medicina Gráfica. Con un tono eminentemente divulgativo, pero que resulta muy didáctico y ameno de leer, incluso para personas sin demasiados conocimientos en la materia. Una manera muy sencilla y asequible de aprender cómo funcionan el gusto, el tacto, el oído, el olfato y la vista, así como las principales características que nos diferencian de otros animales, e incluso llegando a entrar en teorías de Antropología y Filosofía. Una obra perfecta para usar como material de apoyo en centros académicos, tiene un tono perfecto para aprender disfrutando de la lectura, y con un material gráfico muy claro y esquemático. Un punto de contacto genial para aquel que esté interesado en el funcionamiento del cuerpo humano, y que quiera tener una visión rápida y que pueda servir como inicio de profundización en la materia.
Lo mejor: Lo bien que explica la materia Farinella. Un dibujo sencillo y esquemático, que contribuye a absorber mejor los conocimientos.
Lo peor: Si sabes lo que vas a leer, no se me ocurre nada.
