‘South Central Stories’, de Neyef

9:02 p.m. del 9 de agosto de 1979, East Side (South Central, L.A.)

Niles se había cansado de oír que tendría un futuro prometedor. Al principio lo había creído a pies juntillas, se había esforzado por destacar. No tenia un talento innato, lo que rebatía con dedicación cada día en las canchas; pensaba que si el basket no salía bien, podía acabar en Beverly Hills cortando el césped en alguna piscina, repleta de culos blancos que se tuestan al sol, en mitad de una hipocresía racial. Nunca pensó en unirse a una banda pero le fascinaban las cazadoras de cuero que llevaban los Crips evocando el espíritu de los Black Panthers como verdaderos outsiders en el centro del supremacismo blanco, pero odiaba que entre hermanos se matasen.

Mientras que en la calles se hablaba del futuro negocio de la cocaína, y hacía tiempo que Badou, su amigo de infancia, se habían unido a los Crips. A pesar de ser un jugón excelente sus notas eran malas, debía buscarse un futuro, y esta vez su tono era decido. Salió de un coreano, de comprarse una bandana azul, se la echó al bolsillo y se dirigió a su iniciación. Niles casi asomaba a la esquina de E 71st St. con San Peter St. cuando entró un coche en el que sonaba ‘Straight outta Comptom’, canción que a Niles le gustaba, y cuando estos se pusieron a su altura, el les gritó desde la acera:

–Eso es mierda de la buena, ¡oh sí!

–Mira esa basura de mierda, lleva unas Air Force –dijo el copiloto mirando a Niles–.

–¡¡Danos las zapatillas negrata!! …¡eh! ¿Qué llevas ahí, en el bolsillo? –dijo el conductor-

–¡Es un puto Crips, joder! –exclamo el copiloto–.

–¡PUM PUM!– Un tipo desde la parte de atrás del coche le endosó dos tiros en el pecho a Niles acabando con su vida.

–Putos Crips! Les pones un poco de N.W.A. y caen como moscas, ha ha ha. –Se rió el conductor–

Esta bien podría ser una historia de tantas que sucedieron en South Central (L.A.) poco más de una década antes de la presente historia que nos narra y dibuja el artista francés Neyef en este DoggyBags titulado ‘South Central Stories’. Hasta llegar a la historia que nos cuentan, el negocio de la coca, el posterior estallido del crack, la extorsión, prostitución y otras actividades delictivas eran el caldo de cultivo y motivo de guerra de territorios, por parte de bandas cada vez más armadas y cruentas. Esto se había instaurado en South Central, nada de peleas a puños como antaño… muertes indiscriminadas a manos de bandas rivales, presión policial en guetos y todo sumado a la lucha racial que originó parte de estas bandas afroamericanas en sus inicios.

Esta historia se sitúa años después de las revueltas de L.A. en 1992, en la que Travis y Ronny, dos chavales de 15 años, quieren unirse a la banda de la calle 66, por la que de primeras reciben una brutal paliza antes de que se les encomiende la misión final que deben llevar a cabo para ser miembro de ella. La misión no es otra que liquidar a un miembro de la banda rival, a un Slain al que apodan Tío Phill por su parecido al personaje de el ‘Príncipe de Bel’air’, el cual había cometido un atraco en un burdel de los 66.

En otra parte de la historia tenemos a Jacob un tipo que regresa al barrio del que huyó para no acabar en una banda, después de haber sido expulsado de la marina por insubordinación. Éste intenta llevar una vida normal y fuera de la violencia que traen consigo las bandas, trabajando para un coreano en una tienda. A pesar de su disconformidad con las bandas es un tipo fuerte que no se deja intimidar ni camelar cuando lo proponen unirse a una banda. Jacob perderá las formas tras la muerte de un familiar a manos de una banda, por lo que decidirá tomarse la justicia por su mano, ya que las autoridades no están por la labor de involucrarse en el caso puesto que esos crímenes están al orden del día y no hay pistas sobre los asesinos. La situación tornará en una truculenta vendetta en la que tomará parte lo sobrenatural como guinda para un pastel magistralmente orquestado por Neyef.

Tenemos una historia dividida en tres actos a los que podíamos denominar como “acción, reacción y resolución” en la que el ritmo avanza sin tregua dejándonos apaciguar la historia antes de asestar cada golpe en cada uno de ellos, dejándonos ver un estilo “Tarantinesco” en la ejecución de los actos rompiéndonos el esquema al final con un giro brutal que cerrará un circulo de violencia gestado por el mismo mal. Podremos encontrar algunas referencias al bluesman Robert Johnson a la película ‘Scarface’ la mofa al ‘Príncipe de Bel’air’ o el guiño a iconos pop como Fido Dido si acentuamos nuestra mirada. A lo largo de la historia entre actos contaremos con dossiers que nos hablarán del uso de las bandanas, los signos que usan, la raíz de los altercados de 1992 en L.A. por el caso Rodney King, el caso O. J. Simpson, fichas de autopsias y la infame e irreal publicidad que suelen destilar los DoggyBags a manos de Yuck.

Para esta ocasión Run, quien suele guionizar los DoggyBags a parte de ser el director de estos, ha dejado la creación de la obra al completo a Neyef quien ha ilustrado para Run ‘El día de los muertos’ en el DoggyBags #3 o ‘Puta Madre’ el spin off de ‘Mutafuckaz’ posteriormente.

En la parte gráfica Neyef destaca con un dibujo peculiar que rápidamente le atribuimos por su estilo “cartooniano” con cierto regusto a manga en los rostros de los personajes de carácter afroamericano, usando una amplia gama de colores, a veces vivos y otras apagados, determinados por cada situación sin tener muchas texturas pero sin llegar a ser planos, y todo esto gestado dentro del género BD e Indie que destila el fracaso del sueño americano.

‘South Central Stories’ es un One Shot perteneciente a la línea DoggyBags del sello 619 Label editado por la editorial francesa Ankama Ediciones en 2014 y que, algo tarde pero bien recibida, llegó a España de la mano de Dibbuks en 2019 en una edición que, a pesar de ser rústica con solapas, esta perfectamente cuidada.