Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Reseña de La Sonrisa del Vampiro

La sonrisa del vampiro Dice el autor sobre esta La Sonrisa del Vampiro en la contraportada del tomo integral publicado por Panini:

Mis obras no tienen ningún mensaje complicado. No se ha de sacar ninguna conclusión filosóficamente profunda. Lo que sí me gustaría es que los lectores viesen en mis obras lo que realmente son: la visión artística de una pesadilla.

La sonrisa del vampiro Leí este texto después de haber terminado este grueso tomo, y no puedo estar más de acuerdo con el autor. Esperaba una historia profunda sobre vampirismo, relación de vampiro que convierte con vampiro convertido, con el paso del tiempo, la eterna juventud, la lucha de clanes… No vas a encontrar nada de esto. Es una obra, sin embargo, capaz de provocar un tremendo malestar, de colocar al lector en la posición de alguien que despierta de una pesadilla y recuerda con malestar su sueño. La Sonrisa del Vampiro consigue que te incomodes en tu asiento mientras lo lees, y no solo por la violencia, sino por toda la ambientación que consigue.

Este tomo recoge de manera íntegra toda la obra, que se podría dividir en dos libros. En el primero, conoceremos cómo la vampiresa conocida como La jorobada, convierte al alumno de un Instituto de Educación Secundaria Kônosuke Môri. Esta primera historia se centra en el contraste entre el monstruo verdadero, Kônosuke, frente a sus compañeros de Instituto, que sin haber sido mordidos por ninguna criatura, resultan ser tan abominables como él: adolescentes que se dejan arrastrar por la violencia, las drogas, la experimentación sexual. El contrapunto inocente lo aportará Runa Miyawaki, una alumna “normal” que ni vende su sexualidad, ni se deja arrastrar por sus impulsos más primarios.

La sonrisa del vampiro El segundo libro nos cuenta cómo en una fiesta de swingers adinerados, a la que Kônosuke acude en busca de presas, conocerá a Bayakan, un vampiro de aspecto filipino y su jefa, una vampiresa que ve en Môri un desafío de comparación de poder. La historia transcurre paralela a la búsqueda de una niña desaparecida 8 años antes, por su hermano y su madre, y cómo acabarán confluyendo ambas tramas.

Suehiro Maruo (La extraña historia de la Isla Panorama, La Oruga, Infierno embotellado) es un autor que como ya nos contara Lamastelle en su reseña de Isla Panorama, frecuenta el género de ero-guro, que profundiza en la decadencia humana y la depravación sexual. Esta obra es un claro ejemplo. Planteada como una historia de vampiros, casi dan más miedo los no vampiros… Adolescentes que apalean mendigos, asesinan por placer, o se entregan a prácticas sexuales; chicas que venden su ropa interior tasandola según tenga algún vello púbico o resto de orina, o que aprovechen un voluntariado para cuidar ancianos para sacar un sobresueldo satisfaciendo deseos sexuales; violadores que ocultan su condición tras un disfraz amable y divertido; gente de alta sociedad que se entrega a sexo en grupo sin dudar en incluir prácticas sadomasoquistas en cualquier momento… Y Maruo nos lo presenta con una serenidad y una calma que provoca un inevitable malestar en el lector. Hace que empatices en numerosas ocasiones con los vampiros y deseas que asesinen a todos esos bastardos.

Para ello usa un estilo muy limpio, deteniéndose en algunas viñetas para aportar un detallismo que tiene siempre su efecto, y no cortándose en mostrar escenas de violencia o sexo explícito ni siquiera como recurso inquietante. Sí le pongo una pega al dibujo y es que en ocasiones, resulta difícil identificar a los personajes, especialmente en el primer libro. Los rostros de las adolescentes, que además suelen ir vestidas de manera similar, son muy similares, y hay pararse a buscar ese gesto identificativo de cada personaje en todo momento, bien sea un peinado, un detalle en la ropa (una gorra, una chaqueta…) para no perderte. Es algo que no ocurre en la segunda historia, en la que se encarga de presentar a unos personajes bien distintos del resto, con esos rasgos tan distintivos. También usa un recurso para expresar el movimiento, que acabó por saturarme un poco, que consiste en clonar al personaje, buscando el típico efecto de “estela”, pero sin degradar siempre la intensidad del trazo, por lo que parece que estés viendo doble.

Y como suele suceder en el manga erótico, me llama la atención mucho el sentido del “pudor” japonés que es capaz de mostrar una imagen de una adolescente casi sin desarrollar introduciendo un pene en su boca… pero sin embargo muestra un pene sin detallar que resulta casi una silueta vacía.

Pero como el propio autor reconoce en esa frase del principio de la reseña, La Sonrisa del Vampiro, no supone ninguna exhibición para contar una historia. De hecho, la historia acaba resultando lo de menos, y no tiene la estructura clásica de planteamiento, nudo y desenlace, o lo hace de una manera muy sutil, y parece que estés dejándote arrastrar por una historia que no sabes en ningún momento cómo va a acabar pero que no te permite dejar de estar incómodo nunca…

En definitiva, La Sonrisa del Vampiro.

La sonrisa del vampiro La fuerza de esta obra reside en lo que es capaz de transmitir. Una historia macabra, donde el vampirismo es lo de menos. No hay un monstruo, hay muchos. Y no todos ellos tienen colmillos. La Sonrisa del Vampiro es un seinen manga con escenas explícitas de violencia y sexo, que va siempre a la busca de provocar malestar en el lector. No llega al nivel de Shintaro Kago o su Fetus Collection, pero deja mal cuerpo en muchas escenas.

Panini Comics ha editado esta obra en un formato con muchos aciertos. Es un tomo cartoné con sobrecubiertas, en sentido de lectura oriental, de 26×17 cm y con 520 páginas en blanco y negro con las portadas en color y alguna página bitono a un precio de 22€. Viene retractilado y con una clara advertencia en su contraportada de que se trata de una obra para lectores adultos. Un precio y formato muy atractivos.

Lo mejor: El malestar que consigue en todo momento. El detallismo de ciertas viñetas.

Lo peor: A veces cuesta diferenciar los personajes por una similitud excesiva en los rostros.

Para aficionados al cómic de horror. Para los que disfrutan de obras que consigan hacer sentir mal. Para lectores con el estómago asentado.