«En cuanto a Megu, cuando se mete en su mundo se olvida de todo lo demás. Es un poco bruta, pero es buena gente. ¿Podrías pasar tiempo con ella de vez en cuando?…«

Tras editar títulos como “El futuro empieza hoy” (今日から未来) de Akihito Yoshitomi, “Iris ~Friends in the immediate vicinity~” (足の裏のイーリス) de Kentaro Kurimoto y Saki Kurimoto. “Losers: El nacimiento de la primera revista semanal de Seinen en Japón” (ルーザーズ～日本初の週刊青年漫画誌の誕生～) de Koji Yoshimoto o “17 años” (17歲。) de Youji Kamata y Seiji Fujii, el pasado mes de diciembre Mangaline Ediciones continuó su andadura haciéndonos viajar veintitrés años en el tiempo con su lanzamiento de “Borregos en la red” (オンラインの羊たち / Sheep in the online) de Hiro Shibara (詩原ヒロ). Nacido en Yamagata, es conocido por su versatilidad -se dedica tanto al terror como al slice of life o costumbrismo, como es el caso de la obra que hoy tratamos-. Probablemente muchas de las personas que estéis leyendo estas líneas en estos momentos, o no habías nacido o teníais aún poca edad. Probablemente también, algunas ya teníais unos añitos y, al igual que nosotros, el acceso a la información lo teníais a través de la televisión o la prensa. Aunque hoy en día es algo de lo que tenemos una gran dependencia, por aquel entonces la llegada de Internet al ámbito doméstico y a nuestros hogares fue toda una revolución. A golpe de click o de dedo, hoy en día tenemos acceso a miles de aplicaciones y servicios. Pero a finales de los noventa, con nuestros ordenadores (que también hoy serían unas joyas de colección) podíamos acceder a una red que empezaba a mostrar todos los beneficios que con el tiempo nos ha supuesto… y también parte de su lado menos beneficioso, por qué no decirlo.

El mero hecho de conectarte a eso que se llamaba Internet ya era una proeza, con sus ruiditos y pitidos. Si lo conseguías, mejor que no llamase nadie al teléfono (fijo) de casa, porque si no se nos acababa el chollo y tendríamos que volver a conectarnos. Sinceramente, mientras escribo esta reseña no puedo evitar pensar en que aunque no lo piense ni lo crea, parezco el abuelo Simpson contando sus batallitas bajo el limonero de Springfield. Pero es que es así, los de aquella generación hemos vivido un cambio brutal en muchos aspectos tecnológicos que para los más jóvenes es algo normal, mientras que cosas de aquella época son ahora desconocidas. ¿Pendrives o nube? Déjate de rollos, aquí lo que triunfaba eran los disquettes de 1,44Mb. ¿Spotify? Dame un cassette que me pienso pegar horas pegado a la emisora de radio para -con suerte y maña- grabar las canciones que más lo petan (y ya si tenías un walkman era lo más de lo más). ¿Cine o series en Dvd, Blu-ray o 4K? Anda ya, a mí dame un vídeo VHS (pero ojo, para mi tele de tubo de rayos catódicos, déjate de pantallas planas con resolución del copón). ¿Buscas información en Google? Qué dices, lo mejor era la enciclopedia Encarta. ¿Necesitas mandar un mensaje? Mejor un sms (limitado en caracteres y de pago) que mandar un WhatsApp…

«Lo cierto es que muchas veces, por mucho que queramos saber, hay cosas que desconocemos. Aunque choquéis, es mejor decirle lo que piensas, así se llega a conocer a la gente. Para eso están los amigos, ¿no?…«

Bueno, no quiero extenderme demasiado en estas cosas, creo que con estos ejemplos se entiende fácilmente que aunque sean batallitas, todo esto para muchas personas supuso toda una revolución que con el tiempo ha mejorado en muchas cosas nuestras vidas, al mismo tiempo que nos genera nostalgia al revivir nuestra infancia y adolescencia. Pues esa es en parte la premisa de esta obra de la que hoy os hablamos, seinen slice of life escolar serializado en 2018 en la Flat Heros. Nuestra protagonista Megu (nacida en 1986), en busca de más gente a la que le guste su videojuego favorito, descubre que su compañera de clase Erika Wakamatsu es otra aficionada al juego… y además la introduce en el extenso mundo de Internet, con experiencias imborrables como el primer ordenador, los routers, los cibercafés y, como no, las páginas web, los buscadores o los chats (en este caso ambientado en un curioso mundo submarino). Un argot y terminología que empezaba a darse a conocer. Megu además es una ilustradora amateur y con esto empieza a hacer sus primeros encargos, mientras que Erika (por tener más facilidad gracias a que su familia es más pudiente -política-) ya tiene cierta experiencia previa en todas estas cosas. La obra juega y va navegando entre todas esas situaciones cotidianas que se dan entre las dos amigas, al mismo tiempo que va introduciendo estos elementos en su trama, que también va evolucionando y saca a relucir la parte más psicológica de los personajes, con sus diferentes personalidades, sus choques y como toda esta tecnología, bien usada, puede resultar muy útil en ciertos momentos.

Sinceramente, creo que todos estos elementos están muy bien utilizados en el argumento, intercalando todas estas revoluciones tecnológicas con una historia estudiantil, un slice of life de la vida de estas dos chicas. A nivel gráfico, otra grata sorpresa, con diseños bien diferenciados, muy expresivos, muchos fondos (aunque también tenemos obviamente muchos otros degradados)… No sé, tiene ese «no sé qué» con un toque entre los diseños actuales y los de antaño que además va mejorando a medida que avanza la historia. Ahora nos quedamos con las ganas de poder retomar la historia cuando editen el segundo y último tomo, para descubrir cómo evoluciona la relación entre las protagonistas, algunos secundarios y, como no, ver qué otras situaciones y elementos tecnológicos se nos presentan en este relato. Así que tanto si sois de la Generación X, Millenials, Generación Z o Alpha -o simplemente, si queréis conocer una etapa de nuestras vidas a través del manga-, no dudéis en darle una oportunidad. Ah, cabe mencionar que al final tenemos como extra un pequeño yonkoma con las protagonistas y unas páginas donde el editor de MangaLine -Óscar Corral- nos contextualiza la obra. Como siempre, esperamos conocer vuestras impresiones sobre la obra en los comentarios de esta entrada o en nuestras cuentas de Twitter, Instagram o Facebook.

Lo mejor:

• El factor nostalgia que nos hace rememorar cómo eran los años 90, con toda la revolución tecnológica a nivel usuario que vivimos.
• Dibujo muy acorde a la temática, época representada y ambientación.
• Lectura amena y entretenida.

Lo peor:

• Que por edad o por pensar que esta época no os tocó vivirla, dejéis pasar la oportunidad de descubrir este fantástico manga.

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«Ya te dije que la red es un mundo aparte, es difícil encontrar algo relacionado con el mundo real. Lo siento, pero así es la vida…«

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Mangaline puso a la venta el primer tomo de “Borregos en la red” (オンラインの羊たち / Sheep in the online) de Hiro Shibara entre sus novedades del mes de diciembre de 2022. Con un total de dos tomos, este primer volumen cuenta con un total de 348 páginas en blanco y negro. El formato elegido llega con encuadernación rústica con sobrecubierta (tapa blanda) de tamaño  15 x 21 cm. y un grosor de aproximadamente 2,5 cm.

La cubierta está realizada en cartón de unos 350 gramos (bastante rígido) y en tonalidad blanca con tinta en naranja, a modo de fichas sobre las protagonistas (Megu en un lado y Erika en el otro). Por su parte la sobrecubierta (o camisa) -con un acabado brillo– ha sido realizada en unos 200 gramos y es una preciosidad, con acabado gris metalizado y viñetas a modo de ilustraciones con fluorescente. Tenemos a Megu como protagonista de este primer tomo junto al logo de Mangaline en la parte superior, el nº del tomo y el nombre del autor en el centro y el título de la obra en la parte inferior derecha. En la parte trasera tendremos unas viñetas, la sinopsis, código de barras, precio y web de la editorial. Este manga mantiene el sentido de lectura oriental, de derecha a izquierda, y los faldones (solapas) se aprovechan tanto el delantero con un pequeño comentario del autor como el trasero con el logo del sello de la línea «Life Line», pequeña bio del autor y otra viñeta.

Para la traducción contamos con el buen hacer de Ana Reyes Serrano, quien hace un trabajo de adaptación fantástico. Por su parte, este tomo está dividido en 13 capítulos + 3 extras: 1- ¡Es una pasada, 2- Maldito troll, 3- ¡Mi mejor amigo se cambia de colegio!, 4- ¡Vamos al festival de verano!, 5- ¡¿Quieres que te enseñe?!, 6- La tablet con lápiz digital, 7- Oebi (Oesaki: PaintBBS), 08- ¡Siempre serás feliz!, 8.5- Nuestra juventud, 9- Erika se va de casa, 10- Ojalá desaparecieran, 11- SOy una idiota, 12- No lo sabré hasta que lo intente, 13- Bienvenida, 13.5- Los pensamientos de cada uno. Como extras: Capítulo especial: El teatro de Matsuume (yonkoma), Accesorios fuera de la red y comentario a dos páginas del editor Òscar Corral.

El precio de venta recomendado es de 14,50 € y como siempre, podéis comprarlo a través de su web, en vuestras librerías de confianza (también a través de todostuslibros) o en Amazon. Si os apetece, desde su web podemos leer una preview de manera gratuita -hay que estar registrados, eso sí-.