CÓMIC PARA TODOS

‘Una hermana’, de Bastien Vivès

Editorial: Diábolo.

Guión: Bastien Vivès.

Dibujo: Bastien Vivès.

Páginas: 216.

Precio: 21,95 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Octubre 2017.

Bastien Vivès se ha convertido en los últimos años en un autor tremendamente interesante. Convence cuando se vuelca en su lado más aventurero y friki, como evidencia la espléndida serie de Last Man (aquí, reseña de su primer número), pero también cuando se adentra en terrenos más íntimos y personales, como en El gusto del cloro (aquí, su reseña) o Polina (aquí, su reseña). Una hermana, casi parece una obviedad decirlo, se mueve en terrenos cercanos a estas últimas obras, de nuevo mostrando el gusto por el aprendizaje, la experimentación, la vida misma, ahora a través de los ojos de un chaval de 13 años que descubre la madurez, el sexo y probablemente el amor gracias a una chica de 16, la hija de una amiga de sus padres que pasa una semana con ellos en su residencia de verano. Vivès escribe francamente bien, y su dibujo hace que muchas veces no hagan falta palabras para describir lo que se ve y se siente con cada instante de esta historia. Quizá el problema es que no es diferente de otras tantas historias de aprendizaje vital que tienen lugar en la fugacidad del verano, pero la falta de originalidad se compensa con la sinceridad de los personajes, con la dificultad añadida de sus edades, y de las situaciones, incluso con un giro dramático final que al principio parece no encajar demasiado y que, con el poso que deja la lectura, parece más interesante.

Lo mejor de Una hermana es el equilibrio, realista y cercano, que Viès logra entre los chicos que utiliza. Tienen edades lo suficientemente distintas como para que tengan que tener una manera de hablar propia y diferente, y consigue que les sintamos así, que notemos ese salto entre la niñez, la pubertad y la adolescencia. Y encontrar el punto en el que se tocan mediante el sexo es algo complicado. Pero Vivès lo convierte en algo hermoso y tierno, también sensual, nada violento y sí muy natural. Eso es lo que no tiene precio en Una hermana, que las relaciones, sobre todo entre Antoine y Hélène, están descritas con mimo. Es muy fácil contagiarse de la fascinación que él siente por ella, pero también, según van pasando las páginas, de entender la soledad que siente la joven. Y para decirnos tantas cosas, Vivès no necesita muchas palabras. Esa es una característica de su escritura, que funciona dejando que el lector vaya rellenando los huecos que él deja, señal de que sus historias son muy buenas. En Una hermana es verdad que roza algunos tópicos, pero incluso en esos momentos se desenvuelve con mucha soltura, eficacia y personalidades. Nunca quiere copiar, aunque parezca asumir que hay puntos a los que tiene que llegar inevitablemente por el escenario que ha escogido.

Otro de los peligros a los que se asoma Vivès es que su estilo como dibujante pueda invitar al lector a pensar que ya sabe todo lo que tiene que saber sobre el autor. Y eso, hay que decirlo, es un error. Vivès tiene algo especial en ese trazo desdibujado que tiene, y que le permite jugar con sentido narrativo, por ejemplo, con algo tan sencillo como poner o no poner ojos en los rostros de sus personajes, algo que no hace de manera casual sino como una elección, como un apoyo emocional imprescindible. En Una hermana, destaca sobre todo lo bien que administra los silencios, algo que tampoco es nuevo en su obra, y la brillante puesta en escena de cada viñeta. Siempre parece saber dónde colocar a sus personajes, cómo aprovechar los blancos y qué iluminación dar, para que cada secuencia tenga un sentido afectivo y emotivo. Y todo ello coronado con la espléndida página final, colofón de la preciosa fascinación emocional que nos ha ido contando a través de la obra, que nos recuerda que Una hermana es, por encima de todo, una historia sobre la belleza de la vida, incluso aunque haya momentos dramáticos y trágicos. Puede que no sorprenda tanto como otras obras de Vivès, pero desde luego sí emociona y sí convence a la hora de condenar una semana decisiva en la vida de dos jóvenes personajes en poco más de 200 páginas.

Casterman publicó originalmente Une soeur en mayo de 2017. El volumen no tiene contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 11 octubre, 2017 por en Bastien Vivès, Casterman, Diábolo y etiquetada con , .

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