CÓMIC PARA TODOS

‘La niña de sus ojos’, de Mary M. Talbot y Bryan Talbot

Editorial: La Cúpula.

Guión: Mary M. Talbot.

Dibujo: Bryan Talbot.

Páginas: 104.

Precio: 14 euros.

Presentación: Rústica con solapas.

Publicación: Febrero 2017.

Hay mucha valentía en La niña de sus ojos, empezando por el hecho de que su escritora, Mary M. Talbot, realiza un curioso ejercicio casi metatextual desde la misma concepción de la obra. A saber. La autora es hija de James S. Atherton, reconocido experto en la obra de James Joyce. Eso le da pie a trazar un apasionado paralelismo entre su infancia, adolescencia y juventud y la de la hija del propio Joyce, Lucia. Y para terminar de rematar la carambola, la obra la dibuja Bryan Talbot, marido de Mary y a la vez, como la propia escritora, personaje en estas viñetas. Aunque solo fuera para poder comprobar el magnífico encaje que Talbot hace de esta red de paralelismos, La niña de sus ojos ya es una obra que merece la pena. Pero es que, siendo además dos mujeres más o menos ocultas en la historia, sobre todo en el caso de Lucia Joyce ya que Mary M. Talbot sí goza de un merecido reconocimiento, estamos ante un libro que reivindica la presencia femenina de una manera siempre notable y por momentos brillante. La historia arranca desde los códigos de la autobiografía, pero pronto acaba transitando un camino doble y diferente de lo esperado y de lo que suele ser habitual en este tipo de trabajos, lo que permite conjugar un relato ya de por sí atractivo con una narración atrevida y reivindicativa a partes iguales.

Lo que Mary Talbot deja claro desde el principio es que La niña de sus ojos no va a ser una historia feliz. Va a ser, en cambio, la de dos hijas que nunca llegaron a conectar con sus padres por mucho que lo intentaran y de la forma en que fueron capaces de encontrar sus propios caminos. La narración de la autora, en este aspecto, es muy inteligente, porque no se conforma con una historia lineal, ni siquiera con una doble, sino que va introduciendo aspectos de manera cambiante. Eso da al relato una agilidad notable, incluso aunque muchas veces la propia biografía de estas dos mujeres pueda sentirse algo lejana si no se comprende la importancia de la figura de Joyce, omnipresente sin necesidad de contar con el protagonismo de la obra. Talbot firma así una historia en la que logra sacar de su interior una serie de demonios personales de los que marcan una vida, y lo hace además dando además una importancia a la figura de la mujer que se agradece, porque no lo hace desde un punto de vista excluyente sino reivindicativo. Y sobre todo desde una vertiente muy emocional. No se trata solo de ver lo que sucede, y aún así es divertido ver cómo Mary corrige en sus notas la interpretación que su marido hace del relato, sino de entender lo que sienten las dos mujeres protagonistas.

Bryan Talbot afronta la tarea de dar vida a La niña de sus ojos con el firme propósito de que haya una clara separación visual entre la biografía de su esposa, incluso separando lo que son recuerdos de lo que es el presente, y la de la hija del escritor irlandés. Y ya con esa simple decisión estilística, la obra gana muchos puntos. Colores vivos para lo más inmediato conjugados con tonos más tibios, como sacados de una vieja fotografía, e incluso un aspecto a veces casi onírico para la infancia que rememora Mary, que le sirven a Talbot para crear un mosaico bastante fresco y colaborar al propósito de la obra de entender y seguir a dos mujeres singulares. El ilustrador recrea además dos mundos diferentes de una manera bastante acertada y detallada. Todo lo que no necesita para trazar sus rostros, que configura con pocas líneas de un modo muy completo, lo lleva a la ambientación, otro de los grandes aciertos de esta primera colaboración entre Mary y Bryan Talbot. La niña de sus ojos puede ser algo densa para quienes no estén familiarizados con la importancia de James Joyce, pero esta, en todo caso, no es su historia. Es la de su hija y la de la autora, conectadas por muchas más razones que las que emanan de Joyce y forjando un atractivo alegato sobre la necesidad de que la mujer cuenta con la misma libertad que el hombre a la hora de buscar su camino.

Jonathan Cape publicó originalmente Dotter of Her Father’s Eyes en febrero de 2012. El volumen no tiene contenido extra.

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Esta entrada fue publicada en 17 abril, 2017 por en Bryan Talbot, Cómic, La Cúpula, Mary M. Talbot y etiquetada con , , , .

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