Un zoo en invierno (冬の動物園) de Jiro Taniguchi

Jiro Taniguchi recuerda sus primeros pasos como mangaka y su juventud en el Tokio de los años 60 en ‘Un zoo en invierno‘ (冬の動物園). Una magnífica historia sobre el aprendizaje, donde toda la delicadeza y elegancia del autor se unen para ilustrar las primeras emociones de la edad adulta, que podemos disfrutar gracias a la reedición de Ponent Mon.

SINOPSIS MANGA

En el Kioto de 1966, el joven Hamaguchi trabaja en una fábrica de textiles. Aunque está muy interesado en el diseño, en sus ratos libres pasea por el zoo de la ciudad, dejándose llevar y aprovechando para realizar una de sus pasiones, como es dibujar. Después de tener que hacer de vigilante de Ayako, la hija del jefe de la empresa -que acaba de salir de un lío amoroso recientemente- y cansado de no poder satisfacer su pasión por el dibujo, se despide y se marcha a Tokio. Allí, y gracias a su amigo Tamura, consigue entrar en un estudio de manga que en ese mismo momento le ofrece una oportunidad de formar parte del equipo del maestro Kondo como ayudante.

Al mismo tiempo descubre la vida nocturna y los ambientes artísticos de la ciudad, pero el trabajo de ayudante de mangaka es excesivamente cansado, dedicado e incluso extenuante. Hamaguchi sabe que está realizando el sueño de su vida, pero pronto se da cuenta de la dificultad de encontrar tiempo y energía para dedicarse a su propia obra, además de descubrir que los sentimientos forman una parte fundamental en su vida…


«En los días libres, si no tenía ningún otro compromiso, iba al zoo. No es que fuera específicamente a dibujar, pero siempre terminaba dibujando.. «


Hace ya bastante tiempo que Jiro Taniguchi (Tottori, 1947) se ha convertido en uno de mis autores preferidos. De hecho, creo que no me equivoco si digo que de momento es al que más reseñas manga le he dedicado, y es que no puedo evitar disfrutar de cada una de sus obras. Del mismo modo que habrá personas que consideren a este autor como especialmente recomendado para «gafapastas», he de decir que cualquiera que sepa apreciar su narrativa y su calidad de dibujo, no podrá evitar la necesidad de seguir leyendo más y más obras del autor. Es evidente que el seinen no es un género que guste a todos los públicos, pero sin lugar a dudas es uno de los que nos ofrece, en mi opinión,  mejores historias (sin desmerecer al resto de géneros, que también tienen sus grandes obras, eso es innegable).

Gracias a Ponent Mon -y espero que sea por muchos años- seguimos disfrutando de sus obras, como ‘El rastreador‘, ‘Los guardianes del Louvre‘, ‘El caminante‘, ‘El viajero de la tundra‘ o ‘El sabueso‘, pero quizás hoy nos encontramos ante la reseña de su obra más personal. ¿Por qué? Pues porque ‘Un zoo en invierno’ contiene grandes dosis de autobiografía, donde el mangaka repasa su etapa de 1966 a 1968 y es capaz de hacernos sentir las emociones que él mismo sintió en su juventud, así como en los primeros años en los que comenzó a trabajar en un contexto relacionado con lo que daría forma a su sueño y a su verdadera actividad profesional. Hamaguchi -nombre utilizado por no usar el de Taniguchi, ya que la obra contiene partes reales y partes ficticias para contar la historia verdadera- nació en Tottori, como el propio Jiro, y durante todo el manga conoceremos todo el proceso tanto creativo como personal que hizo que se convirtiera en el autor reconocido a nivel mundial que es hoy en día y que se inició gracias a la oportunidad que le ofreció el mangaka Shiro Kondo (nombre usado para referirse a Kyota Ishikawa), incluyendo la publicación de su primera obra (que en realidad fue en 1970 y se llamó ‘La habitación ronca’).

Publicado en 2008 por la editorial Shogakukan, una vez más volvemos a tener un manga en el que encontraremos todas las características habituales que solemos encontrar y que son «marca de la casa» en las obras del autor. El dibujo de Taniguchi llega a ser sencillo, pero vuelve a tener un gran realismo, que nos ofrece en cada una de sus viñetas tanto de los personajes como de los fondos, así como un especial cuidado con los detalles. Desde un sitio tan tranquilo como puede ser un zoo al incesante ritmo que puede ofrecer una metrópolis como Tokio, pasando por un lugar con ambientes que van desde la más absoluta tranquilidad de la soledad al mayor estrés posible, como es la oficina de trabajo de un mangaka en pleno proceso creativo. Aunque realmente, ‘Un zoo en invierno’ es un manga de personajes, con bastantes e interesantes secundarios que rodean a nuestro protagonista y, sobre todo, un manga con una carga de diálogos mayor a lo que nos tiene acostumbrados. Un manga muy expresivo y con un fantástico uso del blanco y negro.


«Tal vez te resulte difícil de creer, pero esa oficina es un lugar capaz de hilar los sueños de uno. Quizá es que la habita algún espíritu extraño, no lo sé. Porque ya sabes lo que dicen: que los lugares en los que se gestan las creaciones están poblados de fuerzas que te atraen, te atrapan y no te sueltan…«


Pero aparte de todo esto, que no deja de sorprenderme a nivel cualitativo una vez más, me ha parecido un manga la mar de interesante por el mero hecho de narrar en primera persona y en el tono intimista que solo Taniguchi sabe hacer la experiencia que le supuso todos estos cambios, así como conocer su experiencia en el proceso y la labor que se desarrolla en el trabajo de un autor de manga -las dificultades y las horas de dedicación que hay detrás para publicar cada obra, sea semanal o de cualquier periodicidad-, así como el apoyo que entre los miembros del equipo se dan para conseguir sacarlas adelante. Es un diario de las vivencias, de la experiencia y de las reflexiones, así como de las dudas que se plantean ante los cambios importantes que todos sufrimos en nuestras vidas. Sin olvidarnos de ese momento que hace que todo cambie, que todo empiece a seguir la guía que estaba destinada a ese tren que no debemos dejar pasar -aquí reflejado como un amor sobrecogedor-.

Y es que los sentimientos y las relaciones personales son también parte esencial y están muy presentes durante todo el relato. Una relación de amor, tanto de amor personal como de amor por su trabajo, que termina entrelazando ambos conceptos. Taniguchi siente que el amor es el motor que mueve sus obras, que hace que cobren vida. Ya sea el amor por la naturaleza, por los animales, por el costumbrismo… o como en este caso, el amor por una mujer. Por eso ‘Un zoo en invierno’ es un manga que, tanto si te gusta el autor como si no lo conoces, deberías leer. Porque (aunque ya hemos leído otras obras con este estilo biográfico enmascarado) es genial que a través de un alter ego podamos conocer la vida (con sus matices, realidades e invenciones) de un artista; porque encima no duda en hacer referencias a otros grandes autores como Yoshiharu Tsuge o Yukio Togawa, entre otros. Porque cualquier aficionado al manga agradece conocer más acerca del mundo del manga, desde la forma de trabajar de los autores y su equipo, hasta los entresijos de las editoriales.

En definitiva, y por resumir un poco todo lo ya dicho: ‘Un zoo en invierno’ no será de lo mejor de Taniguchi, puesto que hay otras obras más redondas en los aspectos de diseños, creación de atmósfera y desarrollo de personajes. Pero es que siendo de Taniguchi, cualquier obra -como la que hoy nos ocupa- sobrepasa siempre el notable de media, aunque sea más efectiva en unos aspectos que en otros. No puedo más que recomendaros leer este manga. Si ya sois seguidores del autor, lo seréis aún más. Si no, siempre puede ser el comienzo de una excepcional amistad (lectora). No os defraudará. Como siempre, esperamos conocer vuestras impresiones en nuestras cuentas de Facebook o Twitter.


«Sólo podía pensar en ella. No me cabía nada más en la cabeza. En medio de un día soleado, atípico en invierno, yo era feliz con poder estar a su lado…«


Lo mejor:

  • El precioso dibujo de Taniguchi. Personajes de rasgos habituales, pero siempre efectivos.
  • Historia más que interesante tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta.
  • Conocer más de cerca el desarrollo profesional de un autor, así como las motivaciones que hacen que su trabajo cobre vida.

Lo peor:

  • Para mi, el tener un sentido de lectura occidental tratándose de una reedición (lo desarrollo mejor en el análisis de la edición).

analisis edicion MANGA

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Ponent Mon nos presenta una fantástica nueva edición de ‘Un zoo en invierno’ (冬の動物園) de Jiro Taniguchi, en formato rústica sin sobrecubiertas (con solapas) y con unas medidas de 22,4 x 17 cm.  Un tamaño fantástico y unas tapas rígidas que le dan mayor consistencia al conjunto. La edición contiene un total de 232 páginas presentadas en blanco/negro, con un grosor de 2cm. El papel utilizado para la ocasión es offset de un gramaje de 120 gr.

Para la traducción contamos con los textos de Victor Illera Kanaya. No he notado ningún fallo ni ninguna palabra mal encajada durante la lectura, lo que es sinónimo de que se ha realizado un fantástico trabajo en este sentido. En cuanto a la lectura, algo que a título personal esperaba que se corrigiese en esta reedición, volvemos a contar con un sentido de lectura occidental. Sé que es más que probable que los títulos de Taniguchi vendan más en este formato, pero acostumbrado ya a leer mangas en el sentido oriental, la verdad es que tengo sentimientos encontrados (por un lado agradezco el poder leer la obra, pero me hubiese gustado hacerlo tal y como fue concebida). La obra está dividida en siete capítulos, aunque he de decir que no contiene un índice propiamente dicho, así que como siempre os detallo los títulos de cada uno de ellos: 01- Un zoo en invierno, 02- La primavera de mis inicios, 03- Dibujar el cuerpo desnudo de una mujer, 04- La visita de mi hermano, 05- Vacaciones, 06- Un deseo a las estrellas y 07- Un lugar soleado en invierno.

Su precio recomendado es de 18,00€ y podéis adquirirlo en la web de Ponent Mon o en tiendas especializadas como Amazon.es (donde se puede encontrar con un 5% de descuento, por 17,10€). Y si os apetece leer algunas páginas para terminar de convenceros de su adquisición, podéis hacerlo desde aquí gracias a Ponent Mon. Sin duda alguna, merece muchísimo la pena y como no, pasa a formar parte de mi mangateka Taniguchi en un lugar privilegiado.

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