Es la hora de las tortas!!!

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Reseña de El Increíble Hulk de John Byrne

Hulk ByrneJohn Byrne fue uno de los autores más importantes de la industria en la década de los 80, nadie lo duda. Pero cualquiera que sepa cómo funciona el mundillo habrá oído alguna de los cientos de anécdotas que corren sobre el difícil carácter del canadiense de adopción. Con El Increíble Hulk, Byrne acabó una época gloriosa en La Casa de las Ideas, con etapas realmente memorables en series como Los 4 Fantásticos, La Patrulla-X o Alpha Flight. Y acabó de una manera mucho más abrupta de lo esperado. Byrne se encontraba en un momento en el que quería abandonar Alpha Flight y surgió la oportunidad de cambiar autores con la colección de El Increíble Hulk. Su cabeza comenzó a dar vueltas y a pensar en conceptos e ideas que entusiasmaron a Jim Shooter. Tras un pacto (habrá que ver cómo fue ese pacto) con Bill Mantlo, decidieron que Byrne pasaría a hacerse cargo de la colección del gigante esmeralda, mientras que Mantlo se haría cargo del supergrupo canadiense. Y lo harían con un cruce precisamente entre esas dos series, a cargo del propio Mantlo y que ocupó los números 313 de The Incredible Hulk y el 28 de Alpha Flight. A su vez, Byrne se incorporaría en el 314 de TIH, pero doblaría ese mismo mes con el anual 14 que dibujó Sal Buscema.

Hulk ByrneByrne tenía muchas ideas para revitalizar una serie que andaba desde hacía años a la deriva, vendiendo casi por inercia pero sin despertar excesivo interés entre los aficionados. Como ya pasó con otras series, tenía planteado un giro radical al rumbo que tenía la serie en ese momento. En aquel momento, Hulk se encontraba en La encrucijada, por lo que aprovecharon precisamente ese cruce con Alpha Flight para traerlo de vuelta a la Tierra, y ya Byrne en su serie, sentó las bases de lo que pretendía que fuera su etapa recuperando a personajes clave, y separando a Banner de Hulk en dos individuos diferentes. Pero como suele hacer, se dedicó a hacerlo con muchos fuegos artificiales y dando al lector lo que quiere: Mucha acción y combates épicos. Así en estos números podemos ver desde a la galería clásica de villanos de Hulk (La abominación, El Líder, MODOK, Juggernaut…) hasta los Vengadores de ambas costas, Doc Samson, Hulka… También creó el cuerpo de Hulkbusters y… ahí se acabó la andadura de Byrne en El Increíble Hulk y en la propia Marvel.

Este tomo incluye un extenso y fantástico artículo de Julián Clemente donde da todo lujo de detalles de cómo fueron los problemas del artista con la cúpula editorial, y algunas de las ideas que tenía planteada para la serie. Pero solo fue capaz de plantear algunas de ellas en esos primeros seis números (313-319) porque a raíz de un número realizado exclusivamente en viñetas a toda página, discutió con Shooter y con el editor de la serie Dennis O’Neil y acabaría abandonando la editorial para hacer historia con su etapa de Superman, El Hombre de Acero. Una pena no poder haber visto lo que tenía preparado para los siguientes números. La intención era buena y el giro le sentó muy bien a la serie.

Hulk ByrneSalvo el anual que ya hemos dicho que dibujó Buscema, el resto de números están escritos y dibujados por Byrne. Del dibujo poco que decir. Estamos en la etapa dulce del dibujante, con una plasticidad de expresiones, narrativa de acción y planteamientos de página soberbios. En cuanto a guiones, es lo que peor soporta el paso del tiempo de la obra del inglés afincado en Canadá. El proceso de separación de Banner y Hulk es un sinsentido, y el último número de esta etapa tiene algún que otro suceso absurdo. Además, en este número Byrne hace una cosa que representa la fase experimental en la que se encontraba el autor, y permite también entender la decisión editorial de no tragar con cualquier cosa por el mero hecho de que sea Byrne el que las haga. Me estoy refiriendo a cómo narra las dos líneas argumentales de la historia, la de Hulk y la de Banner. Una es casi exclusivamente acción y la otra es casi exclusivamente diálogos. Sin embargo, el autor decide contarlo con un planteamiento de 3×2 viñetas en cada página, en las que 3 viñetas son de una línea y 3 de la otra. Si ambas fueran al mismo ritmo, tal vez no desentonaría tanto, pero ese contraste tan intenso no le sienta nada bien. El número siguiente en el que planteaba contar una historia solo con splash pages (algo que luego se vería en La muerte de Superman, por ejemplo) se acabaría publicando en la colección Marvel Fanfare, y está incluido en este tomo. Y sí permite ver que para un editor, tanto experimento, debía ser un dolor de cabeza continuo, sobre todo imaginando las discusiones con el soberbio Byrne.

En definitiva, El Increíble Hulk de John Byrne.

Hulk ByrneByrne introdujo un giro tan radical como necesario en el curso de la serie. Volvió a los orígenes del personaje planteando un Hulk muy básico y que resultaba una amenaza para la humanidad. Recuperó a algunos personajes que habían sido vitales para el personaje (Betty y Trueno Ross, Doc Samson, Rick Jones) e incluso llegó a buscar justificar el cambio de aspecto del propio Hulk a lo largo de su historia (del Hulk gris abominable original al verde grande y atlético). Son unos números de lectura vertiginosa, donde predomina la acción y con un Byrne en estado de gracia. Lamentablemente, su etapa solo duró seis meses y todas esas ideas que había planteado fueron diluyéndose con los siguientes autores.

Panini ha publicado esta etapa en el formato 100% Marvel HC, con una encuadernación en cartoné con 224 páginas a color a un precio de 18€. Contiene The Incredible Hulk 314-319, Annual 14 y Marvel Fanfare 29 USA. Como extras tenemos un artículo de Julián M. Clemente, El fotomontaje ¡La primera y última conferencia de Hulk!, y una entrevista al autor para la revista Marvel Age.

Lo mejor: El momento artístico de Byrne. El cambio de rumbo.

Lo peor: Algunos huecos de guión y algún disparate que otro. Era la época.

Para fans de El Increíble Hulk. Para seguidores de John Byrne en su buena etapa. Para nostálgicos de la etapa de Stan Lee y Jack Kirby.