Cómpralo en AmazonRumiko Takahashi además de ser la primera mangaka en superar el millón de ejemplares vendidos en Japón, se corona en el festival de cómic más importante del continente Europeo, Angouleme, luciendo con más fuerza que nunca el apodo de “reina del manga”.
Pero centrémonos en la obra, más concretamente en este cuarto volumen Kanzenban, que comprende los tomos siete y ocho de la edición normal.
La trama sigue avanzando en el romance entre Akane y Ranma, dejando claro que este último ya se siente atraído por Akena, gracias a los comentarios que podemos leer en sus globos de pensamiento. Además de la trama amorosa, Rumiko consigue que los personajes de la serie progresen en las artes marciales, proporcionándonos a su vez una dosis adecuada de comicidad.
Se nos siguen introduciendo personajes con personalidades muy marcadas, lo cual hace que su encaje en la historia se produzca de manera natural, aceptándolos rápidamente dentro de nuestro imaginario y enriqueciendo de esta manera el universo creado por Takahashi.
Si hay que destacar un personaje en este volumen, es el maestro Genma Saotome y Soun Tendo, Happôsai, un viejo verde con afición a robar ropa interior de las mujeres y con un poder descomunal. Las situaciones cómicas producidas en las batallas entre Ranma y Happôsai, son realmente delirantes, asegurándonos las carcajadas constantemente. La autora demuestra poseer una imaginación desbordante que plasma en cada viñeta de manera magistral.
El dibujo es maravilloso, las características y estéticas de los personajes, excepcionales. Sus posturas, rostros y dinamismo, insuperables. Además, me gustaría hacer mención a las onomatopeyas, utilizadas fantásticamente, en especial aquellas que sobrepasan el borde de la viñeta, dando una sensación de una sonoridad descomunal.
¡Bravo Rumiko! ¡Un premio, más que merecido!
