Crítica
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13-6-2019
Todo comienza con Edward recordando un día acompañado de los hermanos Kennedy, donde comprobamos que les une una fuerte relación de amistad. Debido a una misión extraordinaria (que la culmina al estilo Comediante) no puede acudir a la cita con el presidente y en esa tarde sucede el famoso atentado de Dallas. Remarcar que esta parte contradice a la versión cinematográfica, pues en la misma vemos como Blake es el que presiona el gatillo y en este cómic es conocedor del suceso por medio de las noticias.
A partir de aquí, debido a que tiene una especie de relación profesional con el gobierno estadounidense, es enviado a Vietnam para alentar a las tropas, no siendo consciente el propio gobierno que es el escenario perfecto para un radical patriótico.
El guión de Azzarello es un poco irregular aunque cumple su cometido, ya que hay partes donde te saca de la historia al ser un poco confusas en el tiempo, pero en otras te vuelve a meter. En general realiza un buen trabajo sin ser una de sus mejores obras.
La trama se desarrolla prácticamente en el país asiático donde los acontecimientos nos desvelan sus auténticas motivaciones, actuando con total libertinaje. Para él, la guerra debe ser ganada, a cualquier coste, haciendo lo que fuera necesario. Hay una parte que es especialmente llamativa pues evoca un poco al paralelismo con Rambo, haciendo de las suyas en la jungla.
También se explica su salida de la guerra, faltando todavía un segundo viaje con el Dr. Manhattan que es lo que nos muestran en los recuerdos de este último en el funeral de Blake.
Al final con el presidente Kennedy fallecido y las fuertes tensiones ocasionadas por la guerra, su hermano Bobby decide presentarse a candidato a la presidencia, acabando de una vez por todas con el conflicto, así como desvelando un oscuro secreto de Eddie. Esto es algo que el comediante no comparte, y que no puede permitir que salga a la luz. Aún tratándose de un buen amigo, debe impedirlo pero para el comediante no hay dilemas posibles. Para acabar, la última viñeta evoca a una escena icónica de la saga, magnífico aquí Azzarello por la idea y Jones por ilustrarla tan bien.
Respecto al dibujo, J.G. Jones cumple con trazo característico que igual puede tener algún bajón, pero apenas perceptible en mi opinión, mantiene siempre una buena línea. El color también es muy acertado, sobretodo toda la parte de Vietnam y al final para cargar de dramatismo la secuencia alternando con escala de grises.
El tomo me ha gustado, es entretenido, pero me esperaba un poco más para tal personaje. No conecta mucho con Watchmen (si no recuerdo mal) aunque tampoco le hace falta. Respecto a la personalidad y a los actos del comediante sí que sigue el rumbo establecido en la obra de Moore. No dejará indiferente a nadie y os lo recomiendo para conocer una parte desconocida de su vida.
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