Reseña de Esta Máquina Mata Fascistas

por Odiseo | 28 de mayo de 2018
Al enfrentarme a comentar este cómic de Pécau, magníficamente ilustrado por Mavric, que gira en torno al tanque número 500 del modelo IS-2, en cuya torreta, su diseñador hace estampar la frase, “Esta máquina mata fascistas” , no es mi intención comentar el recorrido del tanque y los avatares que sufre, que están suficientemente descritos en la obra y en otros comentarios, sino expresar algunas reflexiones que me suscita su lectura, sobre hechos que están presentes en el cómic a veces de manera tangencial y observar la inconsistencia o la facilidad con que los humanos cambian sus lealtades y principios.

En primer lugar, la paradoja, de que la frase que el cantautor pacifista Woody Guthrie llevaba en su guitarra, que era el “arma” junto a las letras de sus canciones, con la que expresaba su beligerancia contra las guerras, el fascismo y la pobreza, se convierte en el principio que le da
sentido a la máquina más mortífera y destructiva para luchar contra los fascistas, pero no solo, y de la forma más sangrienta y violenta.

Estos tanques hicieron honor a ese objetivo en la terrible batalla de las colinas de Seelow, último cinturón de la defensa de Berlín, en las que ocasionaron y también sufrieron terribles daños, así como en la entrada a la capital alemana y poner fin a la segunda Guerra Mundial. Aparte de estos hechos de gran importancia, los personajes anónimos, dejan frases que nos dan una idea de cual es el ambiente de arbitrariedad y terror bajo el que se vive en la Unión Soviética en tiempos de Stalin.

Valgan estas frases …
“Es normal, tú no estás aquí para pensar, eres comisario político”.
“Dasha, tienes estudios y tu padre fue comisario político ….. te han recomendado para ser jefe de tanque”.
“Al ingeniero Serguei Suvarov, le mandaron a hacer una pequeña estancia en Siberia, por ser un bocazas, pero luego le hacen responsable de la fabricación de tanques”.
“Conocí a tu padre en el 37”…. “En el 37 él estaba en …” “En un campo de trabajo, yo también”.

Un hecho que refleja como la alta política llega a todos los rincones; cuando se fabrica este tanque en los años 40, es la época del “culto a la personalidad” del dictador y es normal bautizarlo como IS-2, en honor de Iosif (Josepf) Stalin, rompiendo la tradición de llamarlos KV-xx o T-xx. Sin embargo, a su muerte en 1953 y como consecuencia del proceso de “desestalinización” llevado a cabo por su sucesor Nikita Jrushchov, en 1956, cambian el nombre a la nueva versión del tanque, llamándole T-56, desapareciendo las siglas IS, en su afán de borrar los rastros del dictador. Como consecuencia de ese proceso de “desestalinización”, se produjeron en Polonia y Hungría, rebeliones contra el control soviético. El comic, da testimonio de las revueltas de los estudiantes e intelectuales húngaros producidos entre final de octubre y noviembre de 1956, pidiendo desembarazarse del control soviético y conseguir su liberación y el autogobierno pleno, rebelión que fue brutalmente sofocada con la intervención de tanques rusos, entre los que aparece el que presume de matar fascistas. Esta puede ser la actuación más contradictoria con ese destino antifascista del tanque. En este caso, los fascistas, como dice un estudiante son los represores, pero los tanquistas están convencidos, o eso dicen de que son ellos “los que les protegen de los fascistas”. El poder de la propaganda y la manipulación.

Una referencia a Peter Seegen, otro cantautor americano luchador por la paz y los derechos humanos, posterior a Woody Guthrie, pero en su misma línea, es conocido en la Europa oriental, a pesar de censuras y prohibiciones en estos países. Llama la atención, la aparición muerto del poeta Attila Jozsef, después como dice un soldado de haber destruido él dos tanques soviéticos. El gran poeta húngaro con este nombre, murió en diciembre de 1937 bajo las ruedas de un tren, no se sabe si se arrojó a ´las vías, o fue un accidente. Debo entenderlo como un homenaje a la figura de este gran poeta, luchador contra las injusticias y defensor de causas perdidas, con sus poemas y la palabra.

Hay otras causas en las que aparece involucrado “nuestro” tanque, que sugiere la fluidez del tráfico de armamento pesado. Le vemos desembarcando en Cuba y ayudando a reprimir el intento de invasión de los americanos en Bahía Cochinos. Ya sabemos como se democratizó Cuba. En Angola, aparece luchando contra los sudafricanos, dando apoyo al MPLA que adoptó el marxismo-lenilismo en 1977 y que posteriormente se ha asentado en el poder siendo acusados de haber forjado un régimen corrupto. Y su aparición final en Afganistán no deja de sorprender, pero ayudando a los talibanes, si es que pudo tener opciones, no parece que sea un final acorde con el slogan que Woody Guthrie paseara en su guitarra.
Reseña realizada por Odiseo
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