Argumento
Desafiar a sus hijos a videojuegos cuando hacen los deberes, olvidar a su hija en una tienda y hacerle creer lo contrario, hablarles de su maravillosa vida de estudiante... cuando ellos no existían. Guy Delisle, autor de obras como Shenzhen, Pyongyang, Crónicas birmanas, Crónicas de Jerusalén y Escapar, tan paternalmente incorrecto como siempre, recupera con Guía del mal padre 4, cuatro años después de la anterior entrega, su papel preferido: ¡mejor (mal) padre del mundo! Su receta: una buena dosis de mala fe, enfados inoportunos, un montón de chiquilladas y, sobre todo, mucho humor.
Guy Delisle juega de nuevo en este cuarto tomo de la serie con nuestro sentimiento de culpa y se adjudica, para mayor disfrute de sus lectores, el papel de padre irresponsable y canalla. Delisle se divierte pervirtiendo el imaginario infantil y actúa como un adulto mezquino ante sus hijos sin prestar atención a las consecuencias de su proceder y del contenido de las historias que les cuenta.
“Sin miedo a las consecuencias de sus actos Delisle despliega todo su arsenal de chapuzas y triquiñuelas con las que manipular a sus hijos (...) jugando para nuestro disfrute el papel de padre irresponsable. ¿Premeditación y alevosía o puro despiste y dejadez? Una cuestión que Delisle deja para un lector que seguramente estará más interesado en reírse a carcajadas con sus despropósitos, intencionados o no”.
Idiosincrasia cotidiana
“Delisle busca que nos riamos, con él y de él, nunca de sus niños, por cierto, a través de la desmitificación del proceso de educar a los hijos”.
Raúl Silvestre, Zona Negativa
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