El Vecino es el tebeo que soñaba cuando yo soñaba con Spiderman. No se conforma con ser un retrato costumbrista de los tiempos muertos de una figura arquetípica, relata un día a día que deja cada vez menos espacio a la identidad secreta. Y tampoco se reduce a la comedia, el mecanismo que nos viene primero a la mente, sino que se permite el paseíllo depresivo con caricias metatextuales. Quién da más