Brian K. Vaughan y Fiona Staples continúan su Space Opera familiar con el mejor volumen hasta la fecha. Sí, sorprendentemente este tomo me ha parecido el mejor de todos, después de seis años de publicaciones entiendo que esta afirmación puede resultar chocante, más teniendo en cuenta tantos los premios recogidos con los volúmenes anteriores, pero esto es una opinión subjetiva, como todas las que podáis leer en cualquier otro sitio.
Por desgracia para los seguidores fieles a Saga, entre los que me encuentro yo, los autores han decidido tomarse un descanso para analizar y decidir el camino a seguir. Pero a decir verdad, es preferible una parada a tiempo, a continuar la historia sin ningún camino trazado, simplemente por cumplir con una publicación periódica.
Pero hablemos del volumen ocho, ¿por qué digo que este es el mejor de todos?, pues por qué reúne todo aquello que hace grande a esta serie. Vaughan nos habla de discriminación racial, aborto, diferencia de género, amor, tolerancia, comprensión, sufrimiento, venganza, familia, etc … todo dentro de un universo en guerra permanente, una guerra que ya a perdido su razón de ser y que vive más de intereses económicos que de pensamientos ideológicos.
Nos encontramos a Marko y Alana en busca de una solución para su bebé muerto. La búsqueda de un abortista que mantenga el silencio ante un bebé no nato con posibles rasgos físicos de cornudos y alados, o lo que es lo mismo, Guirnaldos y Terrados, les conducirá al extremo de la galaxia. Brian K. Vaughan sigue haciendo hincapié en la lucha por la supervivencia y el amor, una lucha constante, diaria, por y para mantener a la familia unida en contraposición del sentir general del universo.
Seguimos viendo como Hazel, protagonista de esta grandísima historia, narradora y eje vertebral de la serie, crece y madura como ningún otro ser vivo lo ha hecho antes. Es el símbolo perfecto de paz y unión para todos los pueblos y razas.
Mientras tanto, Petrichor y el Príncipe Robot IV, siguen avanzando en su historia, desnudando sus almas y mostrandonos sus sentimientos, en parte, influenciados por el amor de Marko y Alana, que influyen a todo su entorno sin darse cuenta de ello.
Escudero, Ghüs, Upsher y Doff, este último muy maltrecho, debido a los acontecimientos del volumen anterior, intentan sobrevivir como pueden a la espera del retorno de los demás miembros del grupo.
Por último, podremos ver parte del pasado de La Verdad gracias a una máquina que proyecta sus recuerdos, utilizada por un personaje misterioso que le interroga y tortura.
En el apartado gráfico, Fiona Staples, sigue ofreciéndonos todo un espectáculo en narración visual y creación del universo de Saga, con recursos estilísticos a la altura de muy mocos.
Saga, tras 6 años continua siendo serie de referencia en el cómic norteamericano.