Los jardines colgantes de Babilonia, el oráculo de Delfos, el mausoleo de Adriano, la capital de los nabateos… Desde el 2500 a. C. al siglo V de nuestra era florecieron ciudades, imperios, civilizaciones que dominaron el mundo conocido. Lucharon, comerciaron y desaparecieron, dejando una huella arquitectónica que milenios después historiadores y arqueólogos se esfuerzan por desenterrar. Huellas en algunos casos espectaculares, como las pirámides, pero en otros desaparecidas y sólo conocidas por fuentes escritas, como el faro de Alejandría, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
Jean Claude Golvin realiza en este volumen un enorme esfuerzo de síntesis para plasmar, en una sola imagen, el devenir histórico de distintas poblaciones en su momento de esplendor. Asume el desafío de compendiar la información transmitida por los anales de la Historia, ampliada por siglos de historiografía y por, al menos, cien años de arqueología sistemática, que no deja de aportar descubrimientos sorprendentes. En su recreación diferenciamos los elementos más característicos, la seña de identidad de cada una de las ciudades: el trazado del urbanismo, salvando los condicionantes geográficos, como ríos o desniveles del terreno, los edificios principales y su distribución, obras de ingeniería… con toda la información que ello transmite sobre las gente que los habitaba, sobre sus creencias, usos y costumbres, su desarrollo político y económico, los recursos disponibles y todo bellamente ilustrado.
A lo largo de casi 200 páginas recopila los enclaves más importantes de la Antigüedad en el culmen de su expansión, ordenados geográficamente. Desde el Norte de África, cuna de la poderosa Cartago, hasta el Próximo Oriente, donde prosperó la bella Palmira. Desde ciudades germanas, como Tréveris, o una primitiva París, cuando era una pequeña capital de un pueblo galo, a ciudades turcas o griegas, como Corinto u Olimpia. Unas muy estudiadas, como Jerusalén, otras más desconocidas, como el enclave argelino de Thamugadi. Algunos países, herederos de grandes imperios, tienen más peso, como Egipto o Italia, donde se suceden distintas vistas de Roma o de una Pompeya majestuosa antes de ser arrasada por el Vesubio. En la península Ibérica ha escogido Ampurias, Tarragona y Mérida.
La estructura es similar para todas ellas: un mapa de situación que nos ubica en el espacio y el tiempo, con sus correspondiente explicación; algún dibujo sobre la vida cotidiana de cada urbe y un dibujo, para recrearse, de unas espectaculares vistas generales con perspectiva de la ciudad en su máxima prosperidad, en la que aparecen enumerados todos los edificios públicos y monumentos más relevantes, proporcionando al lector una idea muy aproximada de las dimensiones y la belleza que los convirtió en paradigmáticos en su época.
El libro es el resultado de toda una vida de trabajo de un ilustrador con una sólida formación académica, de arquitecto y arqueólogo además de investigador en el CNRS de Burdeos: con una gran capacidad de trabajo para manejar esta ingente información y con un gran talento como ilustrador. Como resultado, un volumen verdaderamente bonito, muy documentado y con datos muy precisos, que se inserta en una colección de formato parecido, en la que también ha tratado el tiempo de Herodes, el rey arquitecto, los palacios imperiales de la Roma antigua o el Egipto faraónico.
Constituyen, todos los ejemplos, un recorrido visual único por la arquitectura, el urbanismo, la historia, el arte o la arqueología, un recorrido precioso y lleno de posibilidades, para viajar en el espacio y en el tiempo por lugares a medio camino entre la realidad y la leyenda.