Hoy traigo no una reseña como tal, sino un pequeño revisionado de una de las primeras historias que tuvo Lobezno en individual y fuera de la cabecera de Uncanny X-men, publicada en el 1982. Como bien sabemos el personaje fue creado en una serie de Hulk y presentado como un villano del personaje, pero que más tarde gracias a la popularidad que alcanzó y el inminente relanzamiento de la patrulla X, éste, tuvo la suerte de convertirse en uno de los personajes más reconocibles de la editorial.
Durante su paso por la Patrulla X habíamos tenido esa presentación de personaje con su pasado en el servicio secreto canadiense, pero realmente no sabíamos mucho sobre sus orígenes, salvo unos pequeños detalles que nos iba comentando Claremont durante su larga y grandiosa etapa de los mutantes. Teníamos la presentación de personajes como Mariko y su padre, el jefe del clan de los Yashida. Por suerte, tras una convención, el mismo Claremont y Frank Miller, compartieron un coche de vuelta y acabaron hablando del personaje y sobre lo interesante que seria hablar un poco más de su pasado. Gracias a esta conversación tenemos uno de los cómics más interesantes y definitorios del personaje.
En esta obra Lobezno se va a volver a encontrar con alguna de sus raíces, en esta ocasión japonesas. Porque sí, sabíamos que Lobezno hablaba el idioma, pero no sabíamos que esto es debido a que tiene un pasado en el país y que además tiene lazos sentimentales muy fuertes.
Mariko es una japonesa de la alta nobleza que se verá atrapada en un matrimonio forzoso en el que será maltratada, todo debido al regreso de su padre, que necesita que este enlace se produzca para tener asegurado cierto dinero. Podríamos decir que la trama se basa en la liberación de esta "amada", pero estaríamos dejando pasar el buen estudio de personaje que se realiza en el que podemos ver perfectamente que Logan no es solo un animal, porque a pesar de la violencia de sus actos, sigue siendo una persona, que tiene que ser el mejor en lo que hace.
Mientras Claremont nos contaba más sobre el pasado de Logan, Frank Miller se dedicaba a la narración gráfica, es decir, el dibujo, pero señor, qué dibujo, Frank Miller tenía en los 80 todo un estilo único, dándonos unas splash pages para enmarcar y con técnicas, planos y reminiscencias a los que veríamos en sus futuras obras, como 300. Retoman elementos tratados en Daredevil como el uso de los ninjas propios de la Mano es una prueba de ellos. Además de que es muy evidente que el papel que toma Lobezno es el propio de un Ronin.
En resumen, Lobezno Honor es toda una historia que estudia la psique del personaje y pone a prueba físicamente al mismo, en el que tras todo un viaje del héroe vemos que es lo que hace tan grande al personaje.