El descubrimiento de América suscitó grandes debates y generó enormes expectativas en el Viejo Mundo, entre las monarquías implicadas, entre los teólogos, los nobles, pero sobre todo entre aquellos que aquí no tenían nada que perder. Como nuestro protagonista, don Pablos de Segovia, que guardaba fidelidad al principal mandamiento de su padre: “no trabajarás”. El cómic toma el relevo de la obra del mismo título de Quevedo y, con mucho humor, continúa con las aventuras del joven Pablos en el Nuevo Mundo, tal como anunciaba el final de la obra original.
Alain Ayroles y Juanjo Guarnido nos presentan un cómic de “capa y espada”, un genial retrato de la picaresca, aspiraciones de ascenso social, de luchas de poder… del siglo XVII; un reflejo de hasta qué punto América constituye un “Nuevo Mundo”, desconocido, ancestral, mítico, con promesas de riquezas ilimitadas, o hasta qué punto aquél se acaba convirtiendo en una prolongación de la vieja Castilla, de sus mismas ideas, mismos miedos, misma avaricia… que se proyectan al otro lado del océano.
"En el tiempo de los caballeros, todo se decidía a golpe de espada. En nuestro siglo mercante, trae mayor cuenta mostrar artificio y rapacidad”.
Por las páginas del cómic circulan pícaros, bribones, buscavidas, misioneros, indígenas… que acaban convertidos en divertidas caricaturas de la mano de Guarnido. Todo narrado con gracia y agilidad. Se suceden chistes macabros, groserías y juegos de palabras en un intento muy logrado de recrear las expresiones y la narrativa del siglo de Oro.
Pero a pesar del ingenioso guión, nos encontramos ante un proyecto muy pictórico, llevado a cabo con una gran minuciosidad y precisión histórica, que apreciamos en la recreación de los trajes, barcos, arquitecturas o en una corte en la que el valido, los enanos o el mismo monarca parecen salidos de los cuadros de Velázquez. Viñetas que son también verdaderas obras de arte, en las que nos abruma, como a los conquistadores, la exuberancia de la selva o nos entusiasma la idea de El Dorado, sospechosamente “griego” y, por tanto, sospechosamente irreal.
Guarnido saltó a la fama como dibujante de cómics con la saga Blacksad, que conquistó los premios más prestigiosos. Ayroles, por su parte, se ha formado en la Academia de Bellas Artes de Angulema y ha trabajado como guionista en proyectos como Garulfo, De capa y colmillos y D. Diario de un no muerto, entre otros. Juntos han revivido a este granuja de don Pablos que nos mira pícaramente desde una portada pintada al óleo, que constituye una excelente invitación a acompañarle en sus aventuras y desventuras.