Grapa número tres de las aventuras de Batman, ideal para nostálgicos y los más pequeños de la casa. El guionista Kelley Puckett y el dibujante Ty Templeton, nos regalan, por ahora, la mejor grapa hasta la fecha.
La historia se inicia con el secuestro del comisario Gordon por parte del Joker y sus secuaces. Al abrir la puerta de su apartamento y antes de que este pueda reaccionar, Gordon recibe un dardo tranquilizante.
Mientras tanto Batman tiene un pequeño escarceo con un criminal que trata de impedir que el murciélago de Gotham se haga con las cintas de video que pueden incriminarle. Este criminal usa a su novia como rehén para ahuyentar a Batman, pero la chica al darse cuenta que realmente su novio es un asesino lo golpea con fuerza. En ese instante, Batman reaparecere para hacerse cargo de la situación.
Ya en su guarida, el Joker reaparece en los televisores de toda Gotham, presentando al comisario Gordon como la gran estrella invitada de la noche, explicando a los espectadores que si Gordon representa a la ley y al orden, es evidente que en Gotham impera el caos ya que él ha conseguido capturarlo.
Más tarde, sobre la azotea del edificio de la policía de Gotham, se reúnen Harvey Bullock, Harvey Dent y Batman, donde en plena conversación se sugiere que el próximo objetivo razonable para llevar el temor a los ciudadanos de Gotham es el propio Harvey Dent, al darse cuenta de ello, Dent acepta rápidamente a ser utilizado como cebo para atraer al Joker y sus secuaces.
Como podéis ver, la trama es sencilla, pero no por ello deja de resultar entretenida a más no poder. Todo el cómic tiene la estructura propia de un capítulo de la serie animada, otorgando a los personajes una personalidad marcada y reconocible para todos sus fans. La verdad es que no puedo estar más contento con esta grapa, que me remueve sentimientos para aflorar al niño que llevo dentro.