Y de repente ¡BOOOM! … los aficionados al cómic, arduos consumidores de nuestro medio, sabemos que las lecturas pasan por nuestras manos a velocidad de vértigo, somos capaces de dictar sentencia frívolamente en segundos, incluso leyendo escasas páginas de la obra que tengamos en nuestras manos, muy presuntuoso por nuestra parte. Pero amig@s, en ocasiones el cerebro nos hace ¡click!, y nos vemos absorbidos mágicamente en la lectura, y sin saber cómo, hemos conectado con aquello que nos quieren transmitir los autores. Para mi, ‘Los Picapiedra' de Mark Russell y Steve Pugh es una de esas obras, una de esas obras que dejan huella.
Nos encontramos ante una sátira mordaz del ser humano, reflejada maravillosamente en cada uno de los 12 capítulos que componen este integral. Cada capítulo hace hincapié en un tema, pero sin olvidar aquello que va sembrando en los anteriores, haciendo crecer exponencialmente el mundo que se va construyendo y enriqueciéndolo de una manera magistral.
Russell aborda tantos temas que es abrumador el pensar que haya podido hilarlo todo sin perder la coherencia.
Me ha encantado su manera de reflejar la familia, con frases reflexivas e inteligentes, y con muchos puntos de vista, tantos como tipos de familias puedan existir.
Enfrenta a religión y ciencia, sin esconder sus defectos y virtudes, dejando la elección de creer una u otra a cada individuo, ya que la necesidad de cada persona puede ser diferente.
Desnuda la ambición de aquellas personas que ostentan el poder, generando trabajo pero aprovechándose de su capacidad, ejerciendo abusos y diferenciación de clases. En lo más bajo de esta sociedad, encontraremos a los animales-electrodomésticos, explotados de manera brutal y sobrecogedora, siendo muchas de sus conversaciones, dignas de ser estudiadas.
Increíble momento cuando nos encontramos la afirmación, franca y honesta, donde se reconoce que el hombre es la primera clase acomodada de la humanidad. Simplemente, fantástico.
La manipulación en los medios de comunicación y en la educación, el cómo podemos tomar decisiones equivocadas dejándonos llevar por el fervor de las masas, sin llegar ni siquiera a reflexionar sobre las consecuencias. Decisiones tan importantes como el voto electoral, que influirá en nuestras vidas en el futuro más inmediato, o decisiones tan absurdas tomadas por miedo de aquello que todavía no ha sucedido, miedo definido por el autor como un pensamiento racista y xenófogo.
Que barbaridad de obra, suma y sigue sin parar, con temas tan actuales como el comportamiento irracional ante el consumo compulsivo, el aparentar un estado emocional de felicidad que dista mucho de la realidad, ¡Dios! ¡toca temas hasta como la pornografía!.
¿Qué más puedo decir?, La amistad, la humanidad, la evolución de nuestras sociedades, hacia dónde nos dirijamos, todo está en nuestras manos, este es el mensaje, estamos en crecimiento, estamos a tiempo de corregir nuestros errores, este es el momento, este es el mensaje.
I Yabba-Dabba Do!