Cómpralo en AmazonEn el cómic y en la novela Sorj Chanlandon, periodista, es representado por Antonie, reparador de violines, Denis Donaldson miembro activista del IRA será representado por Tyrone Meehan. Pierre Alary, recogerá la historia de Sorj y se la hará suya, narrándola desde el corazón y dibujándola desde las entrañas.
Uno no es de un lugar por nacimiento, las personas pueden elegir su lugar en el mundo, o como mínimo, debería ser así. Las banderas y símbolos intentan representar aquello o aquel lugar donde vivimos, pero los países se crean en el corazón, por lo que no hace falta haber sido un país antes, no hace falta que los países hegemónicos te reconozcan, en tu corazón, en el corazón de las personas, reside su país.
La República de Irlanda consiguió su independencia hace ya largo tiempo, pero el Reino Unido siempre cobra sus peajes, en esta ocasión, Irlanda del Norte fue el suyo. Para los habitantes de Irlanda del Norte la pena es una señal de identidad grabada en sus corazones, cuando te despojan de valores, cuando te dicen lo que tienes que ser y no lo que eres en realidad, tu corazón se revela, y en esa rebeldía se pierde la razón, se pierde el norte. El país dominante, el país poderoso, cometerá crímenes incontables, que serán tapados y diluidos por la maquinaria publicista, maquinaria que comparte con el resto de países hegemónicos, sin embargo, cuando los crímenes se cometen desde la rebeldía, cuando se pierde el control, esos crímenes se pagarán de por vida.
Mucha gente se pierde en el camino, ya no recuerdan porque hacen esto o porque lo otro, solo recuerdan que tiene que hacerlo, pero el peligro reside en el peaje de hacerlo, entonces, cuando lo estas pagando, te preguntas: ¿vale la pena?, ¿por qué lo hago?, ¿por quien lo hago?; la respuesta puede ser diferente, pero el peaje, el dichoso peaje, lo pagamos todos.
Antonie se enamoró de una idea, de una causa que consideraba justa, de un paisaje, de una forma de ser, humilde, fuerte, valiente, Antonie se enamoró de un idealismo llamado Irlanda.
Primero te lo quitan todo, te revelas, te hacen daño y lo haces, después te lo devuelven todo poco a poco, de otra manera, a su manera, te planteas y piensas que estás recuperando cosas, que no está tan mal, lo que haces tiene repercusión, pierdes amigos, hijos, familia, pero el idealismo queda intacto, y te vuelves a preguntar: ¿vale la pena?, ¿por qué lo hago?, ¿por quien lo hago?; te das cuenta que cada día que pasa, que cada minuto que vives se esfuma en el viento, como toda aquella gente que ha quedado atrás, entonces es cuando pasa, entonces es cuando esa palabra se escribe en tu cabeza, traidor.
Tyrone, amaba su tierra, sus paisajes, la manera de ser de sus gentes, Tyrone se convirtió en un traidor que alzaba la bandera del corazón.
Que se acabe, que se acabe todo, que termine este dolor, la agonía y la angustia, que me escuchen, que me dejen hablar, que me dejen ser lo quiero ser, que los consensos sean grandes, que sepamos respetar, que las palabras no se olviden y que pueda respirar.
He derramado lágrimas, he perdido familia y amigos, me he arrodillado y me han golpeado, he alzado las manos y me las han cortado, se lo que es vivir con pena, se que siempre estará ahí, se que nunca podré olvidarla, he sido un soñador, he sido un traidor. Ahora, en este momento, solo pido una cosa, que mis hijos puedan hablar.
