Continuo con mi incursión en el manga, esta vez le ha tocado el turno a ‘El almanaque de mi padre’ del mangaka Jiro Taniguchi, obra que me fue recomendada fuertemente por mis compañeros en ‘Los Invencibles Podcast’.
Al finalizar esta obra se me viene a la cabeza una frase que seguramente habréis oído en más de una ocasión: “los amigos se escogen, la familia no”, si no la habéis oído exactamente así la habréis oído de alguna manera semejante.
En ocasiones, en la vida, percibimos algún tipo de vibración al conocer a otra persona, mediante esta vibración nos hacemos una idea preconcebida de cómo debe de ser, esto nos ocurre tanto con personas que desprenden un aura negativa como positiva, lo extraño, lo desconcertante, es que incluso cerciorándonos de su bondad o de su bien hacer una fuerza invisible nos separa de ellas irremediablemente. De igual manera, nuestro subconsciente es selectivo, y es capaz de anular hechos o recuerdos de manera sorprendente, apartando o moldeando recuerdos en función de nuestros gustos o anhelos, es decir, que en ocasiones nuestros recuerdos no tienen por que ser verdad, si no lo que quisimos, creemos o creímos que pasó.
Pero, ¿qué ocurre cuando una de esas personas a la que rechazas sin sentido alguno es un familiar directo?, ¿cómo nos afecta en nuestras vidas?, ¿qué decisiones somos capaces de tomar ante una situación así?, tomando estas preguntas como premisa Jiro Taniguchi construye una obra que nos atrapa emocionalmente, narrándonos de manera pausada y elegante las decisiones que ha ido tomado a lo largo de su vida Yoichi, un reputado diseñador gráfico asentado en Tokio. De esta manera, el autor, nos irá abriendo los ojos para que podamos asentir, reconocer e interiorizar aquellos actos desinteresados que han hecho de nosotros lo que somos hoy en día.
Es posible que no seamos nunca grandes amigos de aquella persona que nos dio la vida, o de la persona que nos arropo y cuido cuando éramos pequeños, incluso es posible que este rechazo involuntario nos cause dolor, pero no podemos tapar nuestros ojos con la venda de la indiferencia, ese es un precio demasiado alto para alguien que estuvo a nuestro lado en nuestra más tierna infancia.
‘El almanaque de mi padre’ me ha hecho pensar, recapacitar y replantearme cosas, no solo respecto a mi relación con mis padres o mi hermano, también me ha hecho comprender la importancia de cuidar de mis hijos aún sabiendo que cada día que pasa se alejan más de mi, que el ayer nunca volverá y que el mañana no existe. Entonces, ¿qué anhelo? ¿qué espero de mis hijos?, supongo que no soy un espécimen extraño, tan solo quiero verles crecer, quiero verles construir una vida digna, quiero que se convenzan de que caminar con respeto y valores es un don impagable que les llenará de vida, quiero que cuando miren hacia atrás me recuerden con una sonrisa, quiero ser una inspiración, un compañero, un guía que intento hacer siempre lo correcto, quiero que cuando llegue el momento de partir pueda cerrar los ojos y oír … [susurro] gracias papá.
‘El almanaque de mi padre’, un relato con el que aprender a amar.