Crítica
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13-6-2019
Mi personaje favorito de Watchmen junto con Búho Nocturno y he de decir que no me ha defraudado este tomo.
Me ha parecido muy interesante e ingeniosa toda la trama, pero me es un poco difícil explicarme sin spoilear nada.
La historia no sigue una línea temporal precisa, sino que más bien, explora muchas de ellas. Osterman, en su infinita sabiduría, intenta averiguar una serie de preguntas que para él, todavía no tienen respuesta.
Esto hace que pueda ver diversas líneas temporales, por no decir infinitas con un destino común en todas. Así como a la vez tiene que restaurar la principal costándole una habilidad vital de cara al futuro.
Se ahonda un poco sobre el pasado de Jon Osterman cuando era un niño y podemos revivir muchas situaciones de su madurez vistas en Watchmen, pero sobretodo da sentido a una motivación clave que ocurre en Watchmen con cierto personaje. No quiero desvelar mucho más, porque me parece un gran spoiler, pero considero que completa a la perfección la obra de Moore.
Por último, en las últimas viñetas, nos muestra dónde fue el doctor tras desaparecer de la tierra y aunque muy breve, particularmente tenía mucha curiosidad.
Respecto el dibujo, me ha gustado bastante el trabajo de Adam Hughes con un trazo muy marcado que con el color de Laura Martin queda un conjunto muy atractivo visualmente.
En conclusión y en mi opinión, un cómic muy recomendable que te invita a comprender más aún la obra original y a pensar en las posibilidades que ofrece la vida así como en qué decisión tomar.
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