Con la reciente edición por parte de Norma Editorial de la obra magna de Katsuhiro Otomo, Akira, he querido indagar un poco más en su origen haciéndome con Pesadillas, obra que la precede cronológicamente y de la cual se dice que es el germen de Akira.
Katsuhiro Otomo es uno de los mangakas más influyentes del siglo pasado, no solo en oriente, sino que también ha influido en sobremanera en la cultura pop de occidente. La estética futurista de sus personajes, el diseño de esas fantásticas motos y la imagen de la devastación de Neo-Tokyo, quedó grabada en la retina de muchos jóvenes a finales de los ochenta, principio de los noventa, convirtiéndose de esta manera en fuente de inspiración para varios artistas que le homenajearon posteriormente.
Pesadillas, es una obra de misterio con componente paranormal, ambientada en un un vecindario de edificios donde han acaecido múltiples muertes que la policía no ha conseguido resolver. En sus primeras páginas, nos encontramos con la muerte del responsable de un almacén de supermercado, los inspectores de policía Ito y Takayama junto con el comisario Yamagawa, al verse desbordados por el aluvión de muertes sin un patrón que las pueda relacionar, decidirán enfocar la investigación desde otro punto de vista, focalizando sus miradas alrededor del edificio, y sobre todo, en aquellas personas que puedan estar interesadas en crear el miedo sobre el vecindario.
Iremos conociendo a diversos personajes, todos ellos con un aura misteriosa y con personalidades excelentemente construidas por parte de Otomo. El mangaka poco a a poco, irá focalizando la atención sobre Cho-san, portero de edificio con una actitud infantil, impropia de su edad, y en Etsuko, una niña recientemente mudada al vecindario con una personalidad fuerte y decidida.
No se puede describir mucho más sin estropear la esencia de este manga, por lo que tan solo queda comentar el excelente dibujo de Katsuhiro Otomo, que hace alarde de maestría en sus perspectivas de edificios, los cuales dibuja con elegancia, otorgándoles vida y entidad propia.
Una vez finalizada la obra, comprendes porque es considerada por muchos el germen de Akira, quedando clara que la idea principal de Akira ya se encontraba en estas páginas a una escala más reducida.
Katsuhiro Otomo, maestro, creador y referente, dejando huella en el noveno arte.