Este espectacular volumen recoge una visión muy personal de la historia del Arte, la de Milo Manara, centrando la atención de la creación artística en la modelo que inspira al artista. Habitualmente se reconoce la belleza del cuadro, la pericia del pintor, se analizan las características formales, se descifra el posible significado, pero pocos se interesan por la protagonista, por la persona de carne y hueso que conoció al pintor y consintió en posar para él, superando los convencionalismos sociales, a veces por dinero, a veces no, y quedó inmortalizada para siempre. Según las propias palabras del autor, “la historia de las modelos es inseparable de la historia del arte y su papel sigue siendo muy importante para nuestra civilización”.
Con este objetivo, emprende un recorrido por los vaivenes históricos en que se han visto envueltos pintores, cuadros, esculturas… a lo largo de los siglos. Un camino que transita por las cumbres del arte desde la Friné de Praxíteles, la vida novelesca de Filippo Lippi o la hoguera de las vanidades de Savonarola, en la que ardió algún Boticelli. A lo largo del trayecto nos encontramos a Lucrecia Borgia, a Juana de Arco, esposas, amantes, prostitutas… hasta llegar a las vanguardias. El siglo XX invita a reflexionar sobre cómo la fotografía. el cine y la televisión han monopolizado la representación de una realidad que antiguamente estaba reservada a la pintura. Pero las modelos no han perdido protagonismo en los medios de comunicación de masas ni, por supuesto, en la publicidad.
A pesar de que el peso del libro está, evidentemente, en las ilustraciones del estilo sensual característico de Manara, para recrearse, por el formato grande del volumen, las imágenes van acompañadas de textos cortos que explican el contexto del cuadro y justifican la versión del autor. Se mezclan anécdotas personales, pinceladas históricas, opiniones, comentarios artísticos..., que van construyendo un relato original, ameno, fácil de leer y muy instructivo.
Milo Manara está considerado como uno de los grandes creadores italianos, un artista reconocido y cotizado que utiliza el cómic y la ilustración como vía de expresión. Tal como comenta Asier Mensuro en el prólogo, “se encuentra entre los artistas contemporáneos que mejor ha sabido entender la anatomía femenina como una suerte de idealización sublime que sirve para expresar de forma intensa el erotismo”. Esta visión erótica está presente en toda la obra del artista, también en la primera parte del libro, “El pintor y la modelo”, pero sobre todo en la segunda, “Mujeres”. Esta segunda parte es una selección de dibujos de mujeres realizados a lo largo de su carrera, sin mayor interés que el puramente artístico, donde se pueden diferenciar distintos estilos y diferentes técnicas pictóricas; acuarelas, anilinas, acrílicos, pastel, sanguina o lápiz conté .
Pero la segunda parte carece de ese juego de espejos que plantea la primera, el cuadro dentro del cuadro, cuando un pintor retrata a otro pintor que está retratando a una tercera persona, que a la vez inspira a ambos y que en muchos casos ha permanecido en el anonimato. Es el homenaje que hace Milo Manara a todas aquellas mujeres que pusieron rostro, y cuerpo, a la Belleza.