“Batman creado por Bob Kane y Bill Finger”, esta frase la vemos situada en todas las historias de Batman por motivos de derechos, pero, ¿son realmente solo estos dos autores los creadores del personaje que conocemos a día de hoy? Personalmente pienso que personajes como Batman o Daredevil, a pesar de haber sido creado por determinados autores, con el paso del tiempo, otros autores han escrito historias y dotado de características a los personajes que les hace ser de la forma en la que les conocemos. Sin ir más lejos, estos dos personajes están muy ligados a elementos creados posteriormente por Frank Miller que la concepción original de sus creadores.
Pues con Green Arrow vamos a tener la misma situación. Creado con la intención de ser una copia del caballero oscuro que tantas ganancias le estaba dando a DC, Green Arrow se presentaba como una copia del mismo Batman, con el uso de aparatos o modos de trabajo muy similares. Es curioso, porque hasta finales de los 70, el personaje no mostró su verdadera cara. Esto se lo tenemos que agradecer a Dennis O´Neal y Neal Adams, que con la historia de Green Lantern/Green Arrow, conseguían que el arquero esmeralda alcanzara su potencial y se convirtiera como hoy sabemos, en el paladín de los más indefensos y en el principal luchador contra las corrupciones más profundas, las de a pie de calle.
Nos encontrábamos en los años 80, el mundo superheroico se había vuelto más oscuro, con historias como Watchmen, El Regreso del Caballero Oscuro, Daredevil: Born Again, era bastante propio que el arquero esmeralda hiciera lo propio. Y es gracias a la obra de Neal Adams que muchos autores se interesaron por él, destacando por supuesto al autor de la obra de hoy, Mike Grell, el cual se encargará del guion y dibujo.
En la historia se nos va a presentar a un Oliver Queen ya más veterano a lo habitual, él cual se verá abordado por muchas preguntas que le rondan la cabeza, sobre la posibilidad de tener una familia, sus expectativas de futuro o incluso el posible abandono de la vida superheroica. Son temas que se van a tratar durante toda la obra en la que vemos el mito de Robin Hood transportado a una Setle que está en decadencia y tiene muchos problemas criminales. Es decir, ambiente típico de cómics superheroicos de los 80 de personajes más “grounded”. Corrupción, asesinatos, tráfico de drogas… Un combo de lo más típico para estos ambientes.
El dibujo de la obra también se aleja un poco de lo superheroico, ya que alcanza una narración muy peculiar y efectiva que me recuerda mucho a la del autor actual Andrea Sorrentino, sobre todo en la composición de viñetas. Un estilo pictórico muy reminiscente a las historias antiguas, en el sentido de una definición de dibujos muy detalladas en la que en muchos casos es muy realista.
Es una obra que está abierta para cualquier lector/a ya que en el mismo cómic se nos narra brevemente el origen de este personaje, por si hay alguien despistado. Eso sí, a pesar de ser una obra de calidad, no le quita la espina de ser una obra de su época, ya que el trato a los personajes femeninos es muy pobre, exceptuando el de una nueva arquera misteriosa.