Reseña de Las aventuras de Tintín. Edición aniversario #2. Tintín en el Congo

Cuando nos acercamos a una obra como esta, más aún con la polémica fama que la rodea, debemos tener en cuenta el contexto histórico en la que fue escrita.

Georges Prosper Remi, más conocido como Hergé, nació a principios del siglo XIX en la Bélgica Colonialista, entre las Colonias Belgas se encontraba el Congo, y este es un dato muy importante, ya que nos encontraremos una obra distorsionada bajo el prisma de una supuesta superioridad moral y racial.

Teniendo en cuenta esto, debería aparcar mis juicios morales, pero por suerte o por desgracia, por mucho que lo intente, no puedo. Para mi este tipo de obras envejece mal, muy mal, oiremos a muchos afirmar que hay un punto de vista paternal en estas páginas, nos dirán que no es racismo, pero creedme, no es así, hay racismo, voluntario o no, lo hay. De hecho, Hergé, retocó la publicación original para endulzarla de la mejor manera posible.

¿Hergé fue un racista?, no, no creo que Hergé fuera racista, y en sus futuras obras lo demostraria denunciando el colonialismo y rechazando el fascismo, como por ejemplo, en ‘El loto Azul’. Por lo que ha mi respecta, ‘Tintín en el Congo’, es fruto de la inmadurez del artista, fase por la cual pasamos todos en menor o en mayor medida.

El maestro Hergé, verá publicada esta, su segunda obra, entre 1930 y 1931, tras el éxito obtenido con ‘Tintín en el País de los Soviets’. La obra se publicaría directamente en formato álbum blanco y negro, en 1946 saldría a la venta por primera vez en color. La evolución en el dibujo por parte del joven artista, fue sobresaliente y aplaudida por aficionados y críticos, creando escuela, la cual recibiría el apelativo de ‘Línea clara’, un alto nivel de detalle y una gran minuciosidad a la hora de estructurar la viñeta.

El guión es de una gran simpleza, Tintín viajará al Congo para realizar un reportaje, allí conocerá a diferentes tribus, se topará con animales salvajes y finalmente se verá involucrado en un trama de tráfico de diamantes. Todo esto aderezado con un sin fin de clichés sobre-exagerados para deleite del consumidor de la época, eso sí, siempre dejando a la figura del joven Titín como un noble Europeo con vocación docente, además de ensalzar sus dotes como excelente cazador. Lo siento, pido perdón, pero no puedo dejar de ser sarcástico en estas últimas líneas.

‘Tintín en el Congo’, un paso importante e histórico para lo que llegaría más adelante de la mano del maestro de la línea clara, Georges Prosper Remi, Hergé.