Grant Morrison fue el encargado junto a Frank Quitely de tomar los mandos del equipo más importante del universo de Dc, la JLA.
Este dúo dinámico de autores es conocido por obras tan importantes en esta empresa como: All-Star Superman o la recortadísima etapa de Batman y Robin. Pero vayamos a la historia.
Al final de su etapa con la JLA, Morrison tuvo la oportunidad de despedirse realizando una novela gráfica en la que enfrentaría a la JLA contra el Sindicato del Crimen, una especie de JLA depravada que provienen de una Tierra alternativa.
La historia comienza en esta “Tierra alternativa” en la que observamos como el Lex Luthor de esa tierra ha conseguido quebrar las barreras dimensionales que separan las dos tierras para poder viajar a por ayuda a la Tierra de la JLA (lo sé, muchas Tierras y mucho lío, pero es Morrison, ¿Qué esperabais?). Como curiosidad, vemos que la forma en la que llega Lex a la Tierra es la misma que en la que llegó Superman.
Mientras todo esto acontece, la JLA se encuentra intentando evitar que los pasajeros de un accidente de avión mueran, pero a pesar de sus esfuerzos e intentos, no consiguen salvarlos, pero se percatan de una curiosidad, y es que todos los pasajeros, tienen el corazón en el lado derecho. Este elemento es bastante curioso, ya que Morrison nos plantea, que para saber si alguien proviene de otra tierra, este tiene que tener el corazón en el lado opuesto al nuestro.
El accidente del avión está relacionado con Lex Luthor, así que la JLA decide hacerle una visita, descubriendo que el Lex con el que se encuentran, es también perteneciente a la tierra alternativa. Lex le comenta la situación en su tierra a la JLA para que le ayude y algunos acceden, mientras que otros se quedan en la Tierra por si ocurre algún problema.
Mientras tanto, Morrison nos presenta los cambios y diferencias que encontramos en esta tierra llena de Maldad con respecto a la que todos conocemos. Vemos que el autor justifica mucho la obtención de los poderes de la mayoría de los villanos, como Jonny Quick (contra parte de Flash) o Ultraman (contra parte de Superman), con el uso de una droga y que son, en pocas palabras, unos adictos. También en esta tierra encontramos una especie de romance entre Owlman (contra parte de Batman) y Superwoman (Contra parte de Wonder Woman y Lois Lane).
Para no seguir con muchos detalles, cuando la Liga llega a esta Tierra consiguen acabar bastante fácil con el Sindicato del Crimen e intentan instaurar la paz y el optimismo en esta tétrica tierra. El Sindicato del Crimen consigue llegar a la Tierra de la JLA pero se encuentran con que es un mundo en el que realmente no pueden destruir o conquistar (como en su tierra), y por lo tanto fracasan.
El argumento es muy sencillo, pero, cuando parece que todo está contado, Morrison da un giro de timón para mostrarnos, que el causante de los accidentes de aviones en las distintas tierras, se trataba ni más ni menos que de… Braniac de Tierra 2, el cual sigue con sus mismas motivaciones pero este, al ser un ser muy inteligente, sabe que la única forma de pararle es matándole y como es la JLA la única amenaza que existe en su tierra (y esta no mata), Braniac cree que ha ganado. Su plan consiste en destruir las dos tierras y una vez todos muertos, almacenar toda la información posible. Como podemos ver, Braniac sigue con su sed de saber.
Para detenerle, la JLA realiza un movimiento inconcebible para Braniac, en el que se intercambian de nuevo posiciones con el Sindicato del Crimen para detenerle.
Tras acabar con la verdadera amenaza, todo vuelve a su cauce habitual, en el que el Sindicato vuelve a su Tierra llena de Maldad Eterna y la JLA a Tierra 1.
Esta no será la última vez que se vean estos personajes, sino el final de un capítulo que será retomado en un futuro durante la etapa de los Nuevos 52.
Es cierto que este evento, no era nada pretencioso, es más, esto era simplemente el sello de despedida de Morrison en su etapa de la JLA, pero sin duda nos ha dejado una aventura muy interesante y cautivadora.
En cuanto al apartado gráfico… siento decirlo, pero no soy ningún fan de Frank Quitely, sus figuras tan robustas y sus caras tan orondas no son de mi agrado, pero eso no significa que no le pueda gustar a nadie.