Cómpralo en AmazonEl tomo se inicia con el arco argumental de tres números, ‘Cerrar antes de encender’, en mi opinión la mejor de las cuatro historias que nos ofrece este recopilatorio. En ‘Cerrar antes de encender', Vaughan recupera una de esas identidades tan pintorescas que posee Batman como maestro del disfraz, la cual el murciélago utiliza para conseguir información de los bajos fondos de Gotham, estoy hablando nada más y nada menos que de Cerillas Malone, un matón de tres al cuarto, que destaca por sus trajes a cuadros con colores chillones, su bigotito refinado al estilo Clark Gabel y su cerillata en boca, ¿quién se puede resistir a eso?
Gracias a su falso rostro, Batman, descubre que El Ventrílocuo y su muñeco Scarface están apunto de introducir munición capaz de perforar los chalecos antibalas en Gotham, con esta premisa, la acción está servida, en su transcurso se desvelará un oscuro secreto sobre los orígenes de Cerillas Malone, secreto que hará a Batman involucrarse como nunca con su pintoresco personaje, sumergiéndose de lleno en su personalidad.
Scott McDaniel con un dibujo poco atractivo se encarga de dar forma a esta historia.
En la segunda historia de tan solo un número, ‘Misébiles estaban los Borgoves’, nos encontramos con la desaparición del Dr. Kirk Langstrom, más conocido en su estado genéticamente alterado como Man-Bat. Un acertijo basado en la obra de Lewis Caroll da a nuestro héroe la pista suficiente para saber quien es el que anda detrás de esta inesperada desaparición, llevando al murciélago a una persecución y a un enfrentamiento final muy al estilo de la serie animada de los noventa, sacando todo el partido al dibujante Rick Burchett quien fue premiado en su época por su participación en ''The Batman and Robin Adventures’.
Una reflexión ronda por nuestras mentes al acabar el número, y es que en ocasiones nos vemos arrastrados por la situación, sintiéndonos obligados a ponernos una máscara, un rostro. A veces no somos quienes queremos ser, y a veces, tan solo a veces, podemos ver quién realmente somos.
En tercer lugar tenemos, ‘Un trocito de ti’, una historia de 2 números protagonizada por Wonder Woman, donde la presencia de Batman es simplemente anecdótica, quedando tan solo en la mención del personaje. Al guionista Estadounidense se le ocurre un genial idea, cruzar en su camino a Clayface y a La Mujer Maravilla, esto puede chocar en un principio, pero teniendo en cuenta que ambos tienen un nexo común con el barro, me parece de lo más natural y acertado poderlos unir en esta maravillosa historia con momentos rocambolesca que evocan a la silver age, permitiendo de esta manera que la maleabilidad de los personajes cumpla con la premisa casual de los falsos rostros.
Los dibujos corren a cargo de Scott Kolins, el cual será reconocido rápidamente por los aficionados al corredor escarlata, por su participación en parte de la etapa de Mark Waid a cargo de Flash.
Por último, y para finalizar el tomo, tenemos un mini número de relleno de apenas seis páginas, ‘Entre Calaveras’, dibujado por un joven Marcos Martín al que ya se le veían grandes dotes. Sin duda, estas seis páginas en comparación con sus obras actuales, os darán una buena pincelada de la gran evolución del artista.
En esta corta historia, Vaughan navega por la cara oculta de algunos de los criminales más famosos de Gotham, nos muestra algunas de sus motivaciones y obsesiones, aunque quizá la sorpresa en realidad no se pueda desvelar, y es que en una historia tan corta el nudo y el desenlace van unidos de la mano.
Un tomo para muy cafeteros, un tomo para exploradores, para tod@s aquell@s que quieran indagar en la evolución de grandes autores pudiendo leer y admirar sus primeros trabajos, un tomo para Batmaniaticos.
