Reseña de Soy una matagigantes

224 páginas. Rústica con sobrecubierta
por Rao Comics | 18 de noviembre de 2020
Emoción, miedo, lástima, angustia, alegría, empatía, si una obra nos hace sentir todas estas emociones, no dudéis un instante en afirmar que lo que tenéis delante es una obra maestra. Conectar emocionalmente con una obra es algo difícil, es algo que buscamos y pocas veces encontramos, pero cuando eso ocurre, cuando una obra tiene esa capacidad, es algo maravilloso, magnífico, es una sensación que no sabemos describir con palabras, pero que sentimos en nuestra piel y en lo más profundo de nuestro ser, es una sensación de calma, felicidad y paz como pocas veces sentimos a lo largo de nuestra vida, y aunque sea por un instante, esa sensación la recordaremos siempre. Gracias Joe Kelly y Ken Niimura por regalarme momentos como los que he vivido.

Soy una Matagigantes no entiende de edades, ni de grandes lectores o eruditos, Soy una Matagigantes entiende de emociones. Joe Kelly, justo antes de iniciar la lectura, escribe en su dedicatoria: “Para los que luchan contra sus propios gigantes: sois más fuertes de lo que creéis.”, esto ya da clara muestra de lo que nos vamos a encontrar, rompiendo por completo lo que podemos esperar observando su portada.

Barbara es una joven estudiante que se comporta extrañamente, con un aspecto friki y una actitud reacia hacia la gente que la rodea, asegura ser una matagigantes, poseedora del “Coveleski” un martillo mitológico, que según ella se le ha concedido para acabar con el gigante que ha de venir. Sea cierto o falso, es algo que no tardaremos en descubrir, quizá no de manera directa, pero si gracias a esas sensaciones que envuelven la historia.
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La gran imaginación de Barbara, se verá plasmada sobre el papel gracias al talento de Ken Niimura, el cual tiene mucho que decir en la narración de este cómic, y posiblemente, sea el principal culpable de que esta historia llegue tan adentro, gracias a su increíble dibujo, cuidado del detalle y utilización de recursos visuales. Si algún día tuviera la gran suerte de compartir cinco minutos en la vida con Ken Niimura, le agradecería lo mucho que me ha hecho sentir y me centraría sobre todo una viñeta, colocada en el lugar preciso y en el momento justo, un regalo que arrancó un mar de lágrimas en mis ojos.

Barbara, al igual que muchos, cree que la mejor manera de enfrentarse a sus gigantes es hacerlo en solitario, siéndole difícil compartir su mundo. Hay gigantes en esta vida que pueden dejarte tocado, gigantes que se ven venir de lejos, y aún siendo el elegido, el temor a enfrentarse a ellos es inevitable. La importancia de compartir tu mundo con amigos de verdad o con gente que quiere y desea escucharte, se verá reflejada perfectamente en Soy una Matagigantes, con una culminación de frases y emociones memorables.
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Es difícil conseguir algo como lo han hecho Joe Kelly y Ken Niimura, es difícil que se dé una simbiosis tan perfecta y bonita, es gratificante leer historias que pueden ayudarnos en nuestras vidas, que deben estar presentes, para que cuando llegue el momento oportuno, podamos abrirnos en canal combatiendo a nuestro gigante con la convicción y la fe con la que lo ha hecho Joe Kelly, demostrándonos que lo más importante en esta vida es vivirla sabiendo que el ayer y el ahora son regalos únicos e irrepetibles, son milagros temporales, lo son, todo.
Reseña realizada por Rao Comics
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