En septiembre de 1930 una expedición científica se embarca hacia la Antártida. Una vez allí, la cordillera Transantártica resulta ser una puerta a lo desconocido, lo inverosímil, un lugar cautivador y terrorífico al mismo tiempo, que se acaba volviendo asfixiante. Las montañas son un espacio de frontera, que aleja mundos distintos o, en este caso, el mismo mundo separado por millones de años… Oculta un universo congelado y arcaico, un "reino críptico de hielo y muerte".
Para Lovecraft (1890-1937) los viajes de sus escritos constituyen aventuras muy relacionadas con el paisaje, la arquitectura, espacios para la experiencia transformadora de la realidad. Aquí son las montañas las que esconden la ciudad sin tiempo que habla de otros seres que poblaban la Tierra. Pero no todo lo recogido en estas páginas se debe a su imaginación. Parte está inspirado en las aventuras polares de Allan Poe o Julio Verne, con las que creció. Es contemporáneo también la "era heroica de las exploraciones antárticas”, desde los primeros registros fotográficos en 1892, pasando por la carrera de Scott y Amundsen por llegar al Polo en 1911, la resistencia de Shackleton, hasta las misiones por el aire del estadounidense Richard Byrd. También, casualmente, en 1905 se descubrió, a partir de un único hueso fosilizado, una nueva especie de pingüino gigante que había habitado e la Antártida hace 40 millones de años…
Culbard es ilustrador y escritor, además de animador, que ha trabajado en publicidad y productos para televisión y dirección de cortometrajes. Esta es su quinta novela gráfica extensa, después de El retrato de Dorian Gray, Estudio en escarlata, El perro de los Baskerville y El signo de los cuatro. En Las montañas recrea una historia inquietante. Se trata de un cómic muy oscuro, a pesar de desarrollarse en medio de un blanco inmaculado. Los exteriores son de un azul helador y los interiores agobiantes, poco iluminados, opresivos.
En esta obra se enfrenta al reto de ilustrar un texto clásico de Lovecraft con la dificultad de que éste se mueve en mundos oníricos y se desplaza del plano físico al mental con rapidez. Una aventura emocionante termina en un replanteamiento del lugar de la humanidad en el cosmos, su relación con la muerte, con lo intrascendente y lo extraño de la existencia. El protagonista acaba siendo un héroe, capaz de enfrentarse a lo inesperado, a lo inexplicable, darle sentido, gestionar y digerir esa información, volver para contarlo y seguir viviendo.
Lovecraft "contribuyó a definir una nueva era en la ciencia ficción del siglo XX". Abandona, igual que Allan Poe, el repertorio romántico para dar forma a sus propios temores, proponiendo una nueva mitología fantástica habitada por seres extradimensionales, ancestrales, buscando el límite entre la realidad y lo que sobrepasa la mente humana, a medio camino entre lo apasionante y lo intrigante, la cordura y la locura. Aún hoy nos sigue sorprendiendo lo que resurge del permafrost, después de miles de años oculto, y despierta el temor de qué más puede reaparecer bajo capa de hielo, ¿qué secretos esconde?. Lovecraft ya se hizo esta pregunta y propuso su respuesta, que recogen muy bien estas páginas.