Cómpralo en AmazonLa trama es bastante sencilla, Darkseid, el omega del universo DC, teje un plan para hacerse con el control de la tierra, apoyándose en Jokerboy para sembrar el caos, y en su candidato títere a las elecciones de los EEUU, candidato que representa claramente a Donald Trump, mostrándonos así, el cambio ideológico sufrido por el autor estadounidense tras superar su larga enfermedad.
Para poder controlar la tierra, Darkseid, intentara que Lara y Jonathan Kent, el chico dorado, se una a su causa. El perfil de Lara se va definiendo cada vez más, encaminándose hacia el absolutismo y el desprecio hacia los seres humanos. Mientras tanto, el joven Jonathan Kent da claros síntomas de albergar un poder inimaginable, completamente diferente a todo lo conocido. Paralelamente a estos personajes, herederos del último hijo de Krypton, veremos como Carrie, Batgirl, se erige como gran sucesora del murciélago de Gotham.
La forma de narrar de Frank Miller es reconocible en todo el relato, no como en la anterior entrega. El autor se excede en las frases cortas enmarcadas en cuadros de texto, restando la epicidad y solemnidad que otorga este recurso, como resultado de ello, en ocasiones obtendremos una lectura pesada y tediosa.
El problema del relato, es que da la sensación que Miller pretende dar un toque místico, un toque onírico, tan sólo por el hecho de estar utilizando a Darkseid, sin saber encajarlo, quedando de esta manera una trama muy confusa. La evolución de los personajes es correcta, este siempre a sido un punto destacado en la obra de Frank Miller, debería regresar a él como base fundamental en sus historias. Dicho esto, me alegra muchísimo ver cómo el autor Norteamericano sigue experimentando en su narrativa y en su obra, estoy seguro que tarde o temprano, tocará la tecla adecuada ofreciéndonos un nuevo relato del que no dejaremos de hablar.
Lo mejor del cómic sin lugar a dudas es el dibujo y el color, con un diseño de personajes fantástico. Resaltar en especial el diseño de Carrie como Batgirl, personalmente, he quedado completamente enamorado de ella y de su estética. Los escenarios urbanos, el uso de las onomatopeyas, incluso algún entramado de viñetas homenajeando a la obra original son fantásticos, haciendo de Rafael Grampá el descubrimiento gráfico del año para mi.
El color de Jordie Bellaire es perfecto para la obra, cosa que ya no debería sorprendernos a estas alturas, siendo una de las colorista más reconocible y reconocida en el mercado Norteamericano. Un trabajo sublime, separando capas y creando atmósferas.
'El regreso del Caballero Oscuro. El Chico Dorado', una pieza más en el puzzle, donde el legado de los superhéroes más importantes del universo DC dan un claro paso al frente.
