Reseña de Thor de Jason Aaron #1. El carnicero de Dioses

por Juan Carlos García | 28 de febrero de 2020
En 2012 las cabeceras de Marvel sufrieron un parón y un reinicio de numeración debido al evento editorial conocido como Marvel Now. La intención principal de este "cambio de temporada" era la de situar a sus personajes principales en nuevas situaciones y estados de los superheroes pertenecientes a la Casa de las Ideas. En esta ocasión vengo a hablar de una de las mejores series de este panorama, Thor, un personaje que desde sus inicios en la editorial ha sufrido innumerables reimaginaciones. Ha sido desde un Dios procedente de las historias nórdicas, un investigador del cosmos, a un guerrero épico, pero, con la llegada de Jason Aaron a la cabecera, el cual empezaba a despuntar con todos los trabajos que hacia en la editorial, nos quiere proponer una simple pero intensa pregunta, ¿Qué es lo que le hace a un dios, ser un dios?

Jason Aaron comentaba en algunas entrevistas que durante la mayor parte de su vida joven adulta había sido creyente, pero llegó al punto en el que dejó de creer. Esta perdida de la fe le llevó a interesarse mucho más por la devoción de muchas personas hacia los dioses, le fascinaba esa confianza ciega que mucha gente buscaba en la religión.

La intención de este autor era hablar sobre este tema, pero quería crear una historia en la que, en todo Marvel, solo pudiera funcionar con Thor y es que a fin de cuentas Thor es un Dios, y eso da muchísimo juego.

La trama en esta historia nos va a narrar un enfrentamiento más de Thor, o mejor dicho, de los Thors procedentes de 3 lineas temporales distintas, pasado vikingo, presente vengador y futuro rey, padre de todos. Esta técnica narrativa es muy interesante y por lo general muy peligrosa, ya que como se lleve de una manera precipitada puede hacer que la historia se hunda en cualquier momento. Por suerte para Aaron y para las y los lectores, esto no sucede y consigue crear una historia en la que a pesar de tener paradojas temporales, nos narra una de las mejores historias del personaje.
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En esta historia, el coprotagonista lo encontramos en su antagonista principal, Gorr, un ser extraterrestre que pertenece a un mundo que a pesar de haber sido abandonado por los dioses, toda su tribu le dice que tiene siempre que estar agradecido a los dioses y rezarles. Tras una vida llena de problemas, lleno de muerte, desesperacion y terror, decide culpar a los dioses como los causantes de todo. En un acto casi divino, que parece incluso el destino llamando a este ser, se encuentra con dos dioses en batalla, uno muerto y otro moribundo, pidiendo que le ayude, en ese momento, en Gorr concluirían todo su odio, asesinando al dios caído y en el surgirá la duda sobre si existen más dioses más allá de los cielos oscuros de su planeta, en ese momento nacería el Carnicero de los Dioses. Este villano busca acabar con todos los dioses del universo para así liberar a la civilización de la servidumbre religiosa.

Evidentemente, llegará el momento en el que este Carnicero choque contra nuestro protagonista, Thor. Veremos una historia que se narrará y tendrá un marco temporal que abarcará desde los inicios de la historia vikinga de Thor hasta cerca del fin, cuando Thor se convierta en el padre de todos.
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Gorr es un villano muy trágico, lleno de connotaciones religiosas con un plan y visión del mundo único en el universo Marvel y que sin duda es un villano que solo funcionaría con Thor y en esta historia. Jason Aaron plantaba las semillas de lo que sería una saga de historias que concluiría cerca de 8 años más tarde en La Guerra de los Reinos.

Para acabar quiero destacar a Ribic, qué artista. Consigue crear ambientes sci-fi cuando la historia lo requiere. También crea una atmósfera de fantasía propia de las historias de Conan el Bárbaro. Un artista a la altura de la historia que en ningún momento falla o decae.
Reseña realizada por Juan Carlos García
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